Son varones de entre 17 y 35 años el rango más afectado por la llamada enfermedad de la belleza masculina; resaltan problemas óseos y musculares en los enfermos |
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), indican que afectaciones como problemas óseos, daños musculares, desgaste de tendones, convulsiones, mareos, dolores de cabeza, taquicardias, aislamiento social, baja autoestima, ansiedad y depresión, pueden ser resultado del llamado síndrome de adicción al ejercicio, conocido como "enfermedad de la belleza": la vigorexia.
Dunia de Martini Romero, médico adscrita al Hospital de Psiquiatría "Dr. Héctor Tovar Acosta", comentó que se trata de un tema relativamente nuevo y en México no existen estadísticas precisas, sin embargo, las estimaciones internacionales han comprobado que 95 por ciento de los pacientes que presentan el trastorno son varones entre 17 y 35 años de edad.
Señaló que esta enfermedad se asocia a la obsesión compulsiva de la alimentación, pero a diferencia de la anorexia o la bulimia, es un problema especialmente masculino y se caracteriza por la preocupación perturbadora del físico y una dismorfofobia o distorsión del esquema corporal.
Explicó que son dos las manifestaciones más visibles del padecimiento: la extrema actividad del deporte y la ingesta compulsiva de alimentos para subir de peso, ya que al verse en el espejo, los varones se visualizan delgados y con poco desarrollo muscular.
"Este trastorno implica una adicción a la actividad física; los vigoréxicos, suelen realizar ejercicio excesivamente, a fin de lograr un desarrollo muscular mayor de lo normal, de lo contrario se sienten débiles. A esta exigencia se suma la distorsión en la alimentación que se hace patente en una dieta poco equilibrada, en la cual la cantidad de proteínas y carbohidratos consumidos es excesiva, mientras que los lípidos se reducen", acotó la especialista
Un vigoréxico es adicto a desarrollar masa muscular, por lo que puede llegar a ingerir más de 4 mil 500 calorías diariamente, cuando lo habitual para los varones son 2 mil 500 aproximadamente. En ocasiones presenta alteraciones metabólicas provocadas por el consumo de esteroides, que producen repentinos cambios corporales y de humor.
Para este padecimiento, el IMSS brinda un tratamiento integral farmacológico y terapéutico por medio de psicoterapia y antidepresivos. La terapia funciona para mejorar la confianza y seguridad del paciente, mientras que los medicamentos estabilizan sustancias del cerebro como serotonina y dopamina, indispensables en el funcionamiento de las emociones y, de ser necesario, se proporciona ayuda con especialistas de nutrición.
La vigorexia, comenta de Martini Romero, compromete la salud física y mental de los pacientes, ya que frecuentemente manifiestan depresión y si el ejercicio es incesante puede ser peligroso, al grado de producir problemas cardiacos. El individuo con este síndrome, sufre por ver su imagen distorsionada y puede lesionarse al tratar de alcanzar un cuerpo ideal.
La psiquiatra subrayó, según boletín del IMSS, que este padecimiento esta sub diagnosticado, debido a que las personas solo acuden a consulta o solicitan la ayuda de un profesional, hasta que ven afectada su vida.
Finalmente Dunia de Martini indicó que algunos síntomas para identificar a una persona con vigorexia son: pasar largas horas en el gimnasio a fin de lograr una estética corporal casi perfecta, contar de manera excesiva las calorías y carbohidratos de los alimentos y, pese a ello, continuar insatisfecho con su apariencia física.
Dunia de Martini Romero, médico adscrita al Hospital de Psiquiatría "Dr. Héctor Tovar Acosta", comentó que se trata de un tema relativamente nuevo y en México no existen estadísticas precisas, sin embargo, las estimaciones internacionales han comprobado que 95 por ciento de los pacientes que presentan el trastorno son varones entre 17 y 35 años de edad.
Señaló que esta enfermedad se asocia a la obsesión compulsiva de la alimentación, pero a diferencia de la anorexia o la bulimia, es un problema especialmente masculino y se caracteriza por la preocupación perturbadora del físico y una dismorfofobia o distorsión del esquema corporal.
Explicó que son dos las manifestaciones más visibles del padecimiento: la extrema actividad del deporte y la ingesta compulsiva de alimentos para subir de peso, ya que al verse en el espejo, los varones se visualizan delgados y con poco desarrollo muscular.
"Este trastorno implica una adicción a la actividad física; los vigoréxicos, suelen realizar ejercicio excesivamente, a fin de lograr un desarrollo muscular mayor de lo normal, de lo contrario se sienten débiles. A esta exigencia se suma la distorsión en la alimentación que se hace patente en una dieta poco equilibrada, en la cual la cantidad de proteínas y carbohidratos consumidos es excesiva, mientras que los lípidos se reducen", acotó la especialista
Un vigoréxico es adicto a desarrollar masa muscular, por lo que puede llegar a ingerir más de 4 mil 500 calorías diariamente, cuando lo habitual para los varones son 2 mil 500 aproximadamente. En ocasiones presenta alteraciones metabólicas provocadas por el consumo de esteroides, que producen repentinos cambios corporales y de humor.
Para este padecimiento, el IMSS brinda un tratamiento integral farmacológico y terapéutico por medio de psicoterapia y antidepresivos. La terapia funciona para mejorar la confianza y seguridad del paciente, mientras que los medicamentos estabilizan sustancias del cerebro como serotonina y dopamina, indispensables en el funcionamiento de las emociones y, de ser necesario, se proporciona ayuda con especialistas de nutrición.
La vigorexia, comenta de Martini Romero, compromete la salud física y mental de los pacientes, ya que frecuentemente manifiestan depresión y si el ejercicio es incesante puede ser peligroso, al grado de producir problemas cardiacos. El individuo con este síndrome, sufre por ver su imagen distorsionada y puede lesionarse al tratar de alcanzar un cuerpo ideal.
La psiquiatra subrayó, según boletín del IMSS, que este padecimiento esta sub diagnosticado, debido a que las personas solo acuden a consulta o solicitan la ayuda de un profesional, hasta que ven afectada su vida.
Finalmente Dunia de Martini indicó que algunos síntomas para identificar a una persona con vigorexia son: pasar largas horas en el gimnasio a fin de lograr una estética corporal casi perfecta, contar de manera excesiva las calorías y carbohidratos de los alimentos y, pese a ello, continuar insatisfecho con su apariencia física.
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