- Las biopsias de 22 varones permiten obtener células capaces de producir tejidos
Ya se había logrado en ratones, pero hasta ahora no habían conseguido lo mismo en humanos. Sin embargo, ha sido el equipo dirigido por Thomas Skutella, director del Centro de Biología y Medicina Regenerativa de Tübingen (Alemania), el que ha demostrado que es posible obtener células similares a las embrionarias a partir de una biopsia testicular.
Las células madre de origen espermatogónico podrían superar las barreras éticas de la manipulación de embriones o los límites de seguridad que actualmente presentan las células reprogramadas similares a las embrionarias (iPS). No obstante, antes de lanzar las campanas al vuelo, los expertos insisten en que se requieren nuevos estudios para comprobar que no generan ningún riesgo.
Thomas Skutella explica a elmundo.es que "estas células podrían ser muy útiles. Presentan la misma capacidad que las iPS pero con la ventaja de ser normales (sin manipulación genética con virus)". En cuanto a su posible uso en personas, "pueden ser más seguras que las embrionarias y podría ser posible un tratamiento autólogo en varones", ya que al proceder de las células del propio individuo no generarían ningún problema de rechazo.
El equipo dirigido por este investigador obtuvo las células madre a partir de la biopsia testicular realizada a 22 varones cuya edad oscilaba entre los 17 y los 81 años. Las muestras obtenidas fueron tratadas para separar las células, y tras filtrar las espermatogónicas [precursoras del esperma], se cultivaron en un medio, libre de contenido animal, con diferentes factores de crecimiento (como el factor inhibidor de la leucemia y el factor de crecimiento fibroblástico tipo 2) claves para el desarrollo de las células madre.
Estables en el tiempo
Tras realizar una serie de pruebas, los investigadores comprobaron que las células madre obtenidas presentaban un cariotipo normal (46 cromosomas) y también tenían los mismos marcadores presentes en las células madre embrionarias. Después de inyectarlas en ratones, se comprobó que las células madre germinales eran pluripotentes al desarrollar teratomas [tumores que contienen diferentes tipos de tejidos]. De esta forma, se pudieron conseguir neuronas, células musculares, estructuras glandulares, etc. Los investigadores incluso llegaron a conseguir células productoras de insulina.
Además, el equipo también comprobó que estas líneas celulares eran estables a lo largo del tiempo, se podían crioconservar y descongelar sin perder su capacidad para desarrollar tejidos.
Los científicos señalan que, como de momento no sería ético implantarlas en un embrión humano, sólo se puede demostrar su pluripotencialidad en animales o en el laboratorio. "En el futuro, se precisarán más investigaciones para combinar otros factores de crecimiento, valorar las interacciones de las proteínas y la necesidad de otros elementos para su cultivo", explican.
Este estudio "es importante porque es una forma de obtener células específicas de cada paciente para la investigación del origen de enfermedades genéticas y quizás para su cura. Estas células serán compatibles con el sistema inmune del donante [el propio individuo] por lo que pueden ofrecer materiales para trasplantes basados en la terapia celular. No obstante, los donantes serán siempre hombres, por lo que las células no son relevantes para el tratamiento de mujeres, aunque en la investigación de enfermedades podría beneficiar a los dos sexos", apunta el profesor Robin Lovell-Badge, del Instituto Nacional para la Investigación Médica, del Reino Unido.
No obstante, este experto señala que "las células derivadas de este estudio necesitan compararse en detalle con aquellas obtenidas directamente de embriones, tanto de los sobrantes de técnicas de fecundación como de aquellos obtenidos por transferencia nuclear (clonación terapéutica) y con las células reprogramadas".
Finalmente, el profesor Chris Mason, de la Unidad de Medicina Regenerativa de la University College London, califica la investigación como "un excelente trabajo científico dirigido por investigadores alemanes y británicos. Aunque es demasiado pronto para predecir el verdadero impacto de este estudio, es muy probable que se sume al mar de fondo de la creciente investigación que permitirá traducirse en beneficios reales para pacientes, los Servicios Nacionales de Salud y la economía del Reino Unido".
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