03 octubre 2008

Estrés

Frecuentes dolores de cabeza, espalda y cuello, cansancio excesivo, pesadillas, insomnio, falta de apetito, dolores de estómago e intestinos y ansiedad. Si usted padece uno o varios de estos síntomas, puede padecer la enfermedad de moda.


¿Quién no se ha sentido estresado al presentar un examen, durante el trabajo diario o simplemente al tratar de llegar a tiempo a una cita mientras está atrapado en medio de una congestión de tránsito?

Siempre, en todas las situaciones, habrá factores que pongan tensos el cuerpo y la mente. Y lo peor es que hoy por hoy sólo los adultos están presentando esos síntomas, pues según la Secretaría de Salud, actualmente ni niños ni adolescentes presentan tales síntomas.

El estrés es una reacción física y mental del organismo a condiciones externas que perturban su equilibrio. En esa reacción participan casi todos los órganos, principalmente el cerebro, además del sistema nervioso, el corazón, las hormonas, el flujo sanguíneo, el aparato digestivo y los músculos.

Esta enfermedad produce cambios químicos en el cuerpo, pues en una situación estresante el cerebro manda señales químicas que activan la secreción de hormonas como la adrenalina, a la glándula suprarrenal. A su vez, las hormonas inician una reacción en cadena en el organismo, provocando el aumento de la frecuencia cardiaca, la respiración, la presión arterial y el metabolismo.

Todas estas reacciones preparan al cuerpo para actuar con rapidez ante una situación tensa. A corto plazo estos síntomas pueden no ser dañinos, pero si la situación persiste se convertirá en fatiga, una condición que puede ser sumamente peligrosa.

Son varios síntomas que se presentan, depende del estrés. Entre los más frecuentes cuentan dolores de cabeza, ansiedad, indigestión, depresión, erupciones o alteraciones de la piel, pérdida del cabello, sedentarismo, insomnio, aumento o pérdida del apetito, estreñimiento y pérdida del deseo sexual.

Pero cuando la enfermedad se vuelve más crónica, las reacciones se hacen más peligrosas, como la generación de úlceras, el daño a las arterias, paro cardiaco, asma, diabetes, impotencia, artritis reumatoide e hipertensión. Si cualquiera de estas situaciones se descuida, en los casos agudos se puede llegar al suicidio.

El estrés es uno de los padecimientos que sirven a los médicos para comprobar la relación que existe entre ciertos padecimientos físicos con algunas manifestaciones mentales. Quienes las experimentan deben tener sumo cuidado, porque las consecuencias de la negligencia pueden ser terribles.

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