SANTO DOMINGO, República Dominicana. Un estudio piloto realizado por el Instituto Dominicano de Cardiología determinó que los taxistas llevan un estilo de vida muy estresante, más aun si se compara con quienes trabajan en otros oficios.
Para esta primera fase del estudio la entidad tomó como muestra a taxistas con edades comprendidas entre 30 y 55 años. A finales de este año, la investigación se realizará con un número mayor de personas que se dedican a esta actividad, para lo que esperan la colaboración de las compañías de taxis, a las que solicitaran su participación.
El doctor Ángel González Medina, director médico de la Institución, dijo que para nadie es un secreto que los taxistas viven en un constante estrés, ya que ofrecen un servicio que los clientes siempre esperan con urgencia, a lo que se agrega el caótico tránsito que es tan común en este país.
"El estrés es un factor de riesgo muy importante para la aparición de eventos agudos, independientemente de los otros factores que favorecen el desarrollo de la enfermedad cardiovascular, específicamente, la de las arterias coronarias", explicó.
Dijo que el oficio de taxista es una condición que favorece la ocurrencia de esos males, en especial, el infarto agudo de miocardio, y otras consecuencias graves, como los trastornos cerebro-vasculares.
El especialista llamó la atención sobre la necesidad de que quienes se dediquen a este tipo de trabajo se preocupen más por su salud y se hagan una evaluación completa, la cual debe incluir no sólo el chequeo en una consulta, sino estudios más profundos.
"La mayor exposición al estrés de estas personas es cuando están trabajando. Por eso es importante hacerles un monitoreo ambulatorio de su presión arterial y un monitoreo electrocardiográfico de 24 horas, para evaluar qué cambios se producen en su presión sanguínea o en el ritmo cardiaco durante el trabajo, y compararla con sus momentos de reposo o cuando duermen", explicó el galeno.
Dice que aunque el grupo evaluado en esta primera fase fueron sólo 12, se buscó examinar el comportamiento de los taxistas en las calles, la velocidad con que andan y cómo se les cruzan a los demás carros por llegar rápido a un lugar.
Un mal no necesario
En lo que respecta al aparato digestivo de las personas que viven en constante tensión, el gastroenterólogo Ascanio Abreu manifestó que el estrés hace que las personas no lleven una dieta nutritiva y balanceada, lo que les provoca una baja en las defensas de su organismo que se refleja en su salud. "Todos estamos bajo condiciones de estrés a las que el organismo puede responder con mala digestión, náuseas, vómitos, en especial aquellas personas que suelen comer bajo situaciones de mucha tensión".
Por eso es aconsejable comer tranquilo y despacio, masticar bien los alimentos, evitar el ajetreo en las horas de comida, no suspender su hora de almuerzo para atender problemas de trabajo, y tomarse un reposo después de haber ingerido los alimentos.
Cuando ya el cuerpo sufre los estragos del estrés con manifestaciones de espasmos musculares, tensión, rigidez en los músculos, con molestias a nivel de la columna vertebral, es hora de buscar la ayuda de un terapeuta.
Héctor Paulino Aquino, director del Centro Quiropráctico Naturopatía y Especialidades, explicó que cuando hay procesos estresantes los músculos del cuerpo se van poniendo rígidos y ocasionan, en muchos casos, inflamación y dolor muy agudo en la zona afectada.
Los hombros, espalda alta y el cuello, son las zonas donde más se refleja la tensión, porque allí hay una conexión con todo el sistema nervioso central, indica.
El especialista recomienda de 3 a 6 sesiones de masajes a la semana según la agudeza de la molestia. A las personas que viven una vida muy estresada se les aconseja un chequeo de rutina cada seis meses para controlar los procesos de tensiones a nivel de la columna vertebral. Por lo general, estas sesiones tienen una duración de una hora.
Con los masajes en el cuello se consigue relajar los músculos de esa zona que tienden a ponerse rígidos, lo que causa espasmos musculares, y éstos ayudan a que se suelten.
Luego de los masajes con las manos en toda la parte del cuello y hombros, se procede a la terapia con aparatos como el ultrasonido, vibratoria japonesa, terapia electrónica y calor.
La vibratoria japonesa trabaja a nivel de las extremidades inferiores y tronco lumbar estimulando toda esa área, manifestó el quiropráctico.
Mientras que el ultrasonido sirve para cuando hay inflamaciones a nivel de los músculos, huesos y articulaciones. Es un aparato que se utiliza mucho con los deportistas de alto rendimiento. Este transmite un calor no muy fuerte que el paciente siente en los huesos.
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