Como cada otoño, comienza la campaña de vacunación antigripal. Y también llegan las dudas: ¿Para qué nos protege esta vacuna? ¿Nos previene del constipado? Lo más común es considerar que la gripe es como un catarro, como un simple resfriado. Nada más lejos de la realidad. La gripe es una enfermedad grave que cursa con fiebre elevada -más de 39º C- dolor de cabeza, dolor al tragar, dolores musculares, tos, estornudos, picor en la garganta y en la nariz, conjuntivitis, y mal estado general (todo ello conocido coloquialmente como "trancazo"). Además, tiene un riesgo elevado de complicarse con una neumonía, o también agravar otras enfermedades.
Otro error más es pensar que la vacuna antigripal es la misma todas las temporadas. Habitualmente, cambia alguno de sus componentes, pero es raro que lo hagan todos al mismo tiempo. Durante nuestro período estival, se observa la evolución de la epidemia gripal en el Hemisferio Sur, que se encuentra en su período invernal, y se controla la eficacia de las vacunas existentes con respecto a los virus circulantes en el Hemisferio Austral. La Organización Mundial de la Salud, alrededor de febrero y marzo, recomienda la composición de las cepas que debe llevar la vacuna para el Hemisferio Boreal.
Este año se ha observado que la incidencia de los casos de gripe en Australia, especialmente en la ciudad de Brisbane, se ha triplicado con respecto al año anterior. Además fueron más graves. Así, la vacuna que se está comercializado actualmente en el Hemisferio Norte tiene la especial característica de que sus tres cepas son nuevas, lo que no ocurría desde hace 20 años. Por esta razón, se espera que la gripe este año tenga una mayor gravedad y, en consecuencia, se hace hincapié en la recomendación de vacunarse para prevenir la gripe.
La vacuna antigripal sólo protege contra la gripe, de ningún modo actúa para prevenir los resfriados o los catarros, que están producidos por multitud de virus, e incluso, alguna bacteria. Y es preferible evitar fiarse del saber popular, porque los refranes pueden basarse en teorías y conocimientos antiguos, que hoy se han demostrado erróneos. Así por ejemplo: "El amor es como la gripe: la pescas en la calle, pero la curas en la cama". Viene a resaltar que el frío, la humedad y el viento existentes en la calle, especialmente en invierno, o en algún caso en la propia casa, son los responsables de la gripe. No es cierto que el contagio de la gripe, ni tampoco del resfriado, se produzca por coger frío, dormir frente a un ventilador, mojarse con la lluvia, exponerse a corrientes de aire estando mojado o recién duchados� Todo ello es falso. Los virus gripales (y los catarrales también) se encuentran en todas partes, pero principalmente el contagio se produce por la cercanía a un paciente con gripe o catarro que tose y estornuda, de este modo nos enfermamos inhalando los virus que se encuentran en el aire o por el contacto con las manos contaminadas con las secreciones nasofaríngeas del enfermo. Lo que sí es cierto es que el reposo en cama, suele aliviar bastante la enfermedad.
Pero sí, a veces siguen siendo certeros como ocurre con este otro muy conocido: "La gripe sin médico dura una semana y con médico sólo siete días." Es decir, como con cualquier afección viral, no tiene tratamiento eficaz, únicamente se pueden mejorar los síntomas (la tos, el dolor o trancazo, la fiebre).
Así pues no podemos curar la gripe, que nada tiene que ver con el simple catarro, pero en cambio sí podemos evitarla vacunándonos, cada año, contra las cepas en circulación y manteniendo una buena higiene personal, como el lavado frecuente de las manos y usando pañuelos, especialmente al toser o estornudar.
Otro error más es pensar que la vacuna antigripal es la misma todas las temporadas. Habitualmente, cambia alguno de sus componentes, pero es raro que lo hagan todos al mismo tiempo. Durante nuestro período estival, se observa la evolución de la epidemia gripal en el Hemisferio Sur, que se encuentra en su período invernal, y se controla la eficacia de las vacunas existentes con respecto a los virus circulantes en el Hemisferio Austral. La Organización Mundial de la Salud, alrededor de febrero y marzo, recomienda la composición de las cepas que debe llevar la vacuna para el Hemisferio Boreal.
Este año se ha observado que la incidencia de los casos de gripe en Australia, especialmente en la ciudad de Brisbane, se ha triplicado con respecto al año anterior. Además fueron más graves. Así, la vacuna que se está comercializado actualmente en el Hemisferio Norte tiene la especial característica de que sus tres cepas son nuevas, lo que no ocurría desde hace 20 años. Por esta razón, se espera que la gripe este año tenga una mayor gravedad y, en consecuencia, se hace hincapié en la recomendación de vacunarse para prevenir la gripe.
La vacuna antigripal sólo protege contra la gripe, de ningún modo actúa para prevenir los resfriados o los catarros, que están producidos por multitud de virus, e incluso, alguna bacteria. Y es preferible evitar fiarse del saber popular, porque los refranes pueden basarse en teorías y conocimientos antiguos, que hoy se han demostrado erróneos. Así por ejemplo: "El amor es como la gripe: la pescas en la calle, pero la curas en la cama". Viene a resaltar que el frío, la humedad y el viento existentes en la calle, especialmente en invierno, o en algún caso en la propia casa, son los responsables de la gripe. No es cierto que el contagio de la gripe, ni tampoco del resfriado, se produzca por coger frío, dormir frente a un ventilador, mojarse con la lluvia, exponerse a corrientes de aire estando mojado o recién duchados� Todo ello es falso. Los virus gripales (y los catarrales también) se encuentran en todas partes, pero principalmente el contagio se produce por la cercanía a un paciente con gripe o catarro que tose y estornuda, de este modo nos enfermamos inhalando los virus que se encuentran en el aire o por el contacto con las manos contaminadas con las secreciones nasofaríngeas del enfermo. Lo que sí es cierto es que el reposo en cama, suele aliviar bastante la enfermedad.
Pero sí, a veces siguen siendo certeros como ocurre con este otro muy conocido: "La gripe sin médico dura una semana y con médico sólo siete días." Es decir, como con cualquier afección viral, no tiene tratamiento eficaz, únicamente se pueden mejorar los síntomas (la tos, el dolor o trancazo, la fiebre).
Así pues no podemos curar la gripe, que nada tiene que ver con el simple catarro, pero en cambio sí podemos evitarla vacunándonos, cada año, contra las cepas en circulación y manteniendo una buena higiene personal, como el lavado frecuente de las manos y usando pañuelos, especialmente al toser o estornudar.
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