23 agosto 2009

Aire de los aviones causa enfermedades

Uno de cada siete tripulantes se ha visto afectado.

Un porcentaje del aire en las cabinas proviene de corrientes que pasan por los motores.


Síndrome de fatiga crónica, cáncer, depresión, problemas en la tiroides, hipertensión, colesterol alto, migrañas, pérdida de memoria, neumonías y bronquitis son algunas de las enfermedades que afectan a las tripulaciones de los aviones y que según recientes estudios estarían asociadas con tóxicos presentes en el aire de las naves.

Mientras en Estados Unidos investigadores de la Universidad de Washington comenzaron el análisis de muestras de sangre de viajeros frecuentes diagnosticados con síndromes poco comunes, en Inglaterra hace unas pocas semanas se supo que uno de cada siete tripulantes de aerolíneas británicas ha estado enfermo por más de un mes en el último año.

Al comparar la frecuencia de enfermedades, como depresión y síndrome de fatiga crónica entre pilotos británicos y la población general, se encontró una alta incidencia en los primeros. Por ejemplo, uno de cada 20 pilotos padece fatiga crónica frente a uno de cada 1.000 ingleses. Y el 20% sufre depresión cuando ese porcentaje es menor al 12% en la población general.

La causa del aumento de estas patologías no sería otra que el aire que se respira dentro de los aviones. Investigadores encubiertos, luego de tomar 31 muestras del aire de las cabinas en las aerolíneas más populares de Inglaterra, detectaron que 28 de ellas estaban contaminadas con altos niveles de fosfatos de tricesilo (TCP). Se trata de un organofosforado presente en el combustible de los aviones.

Los científicos creen que por su diseño, los sistemas de aire de los aviones actuales son los responsables de la mezcla de toxinas con el aire que circula en las cabinas. Los filtros diseñados para purificar el aire apenas remueven bacterias y virus, pero no toxinas. El doctor Mackenzie Ross, neurólogo clínico de la Universidad de Londres, aseguró que las cabinas contaminadas podrían estar afectando a más de 200.000 personas al año.

Tan serias son las preocupaciones por estos casos de intoxicación crónica, que la Administración Federal de Aviación en Estados Unidos ha exigido el reporte de todos los casos sospechosos y la empresa constructora de aviones Boeing modificó algunos de los sistemas de su nuevo 787 para que el aire que entra a la cabina no sea tomado a través de los motores.

Las autoridades de aviación en Inglaterra han dicho que por lo pronto seguirán colaborando con las investigaciones para que se aclare definitivamente la relación entre el aire de los aviones y las enfermedades de pilotos y viajeros frecuentes.


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