17 junio 2009

Clausura del programa de Terapias Ecuestres 2008-2009

Clausura del programa de Terapias Ecuestres 2008-2009

Durante el acto de clausura se realizaron unas demostraciones de Volteo Terapéutico, Hipoterapia y Equitación Adaptada, tras las cuales se procedió a la presentación de los Talleres de Verano y la entrega de informes y diplomas a los usuarios que han sido atendidos en los programas de Terapias Ecuestres.

Las Instalaciones de la Escuela Hípica Municipal acogieron el viernes el Acto de Clausura del programa de Terapias Ecuestres 2008-2009 de la Fundación Para el Desarrollo de las Terapias Ecuestres. A la ceremonia asistieron representantes de los Ayuntamientos de Écija, Osuna, Pedrera, Fuente Palmera y Casariche; ya que en estos municipios se llevan a cabo programas terapéuticos con discapacitados.

Concretamente, el Centro de Equitación Terapéutica de Écija atiende a cerca de 70 usuarios de distintas patologías, como trastornos psicológicos y/o comportamentales, trastornos del lenguaje y/o del aprendizaje, problemas de relación o inadaptación social, parálisis cerebral, autismo, trastorno del desarrollo, síndrome down, ataxias, distrofia muscular, esclerosis múltiple, politraumatismos, retraso psicomotor, lesiones medulares, espina bífida, lesiones cerebrales, parkinson, fibrosis quística, fibromialgia, y en general cualquier dolencia o patología que, a criterio técnico, sea susceptible de mejora con la aplicación de estas terapias.

Durante el acto de clausura se realizaron unas demostraciones de Volteo Terapéutico, Hipoterapia y Equitación Adaptada, tras las cuales se procedió a la presentación de los Talleres de Verano y la entrega de informes y diplomas a los usuarios que han sido atendidos en los programas de Terapias Ecuestres.

11 años de andadura

La Fundación para el Desarrollo de las Terapias Ecuestres se puso en marcha en Écija en noviembre de 2007 como una organización de naturaleza fundacional, sin ánimo de lucro. Su propósito principal es capacitar, regular, coordinar, gestionar y divulgar las terapias ecuestres.

La creación de esta Fundación es fruto del desarrollo de distintos programas realizados con anterioridad y que les dio el bagaje y el conocimiento necesario para embarcarse en este nuevo proyecto. La Fundación para el Desarrollo de las Terapias Ecuestres se asienta en más de diez años de trabajo en el campo de la Equitación Terapéutica, llevados a cabo por dos entidades. Por un lado, La Asociación Andaluza de Equitación Terapéutica “El Caballo Ayuda”, desde 1996, y por el otro, El Centro de Equitación Terapéutica de Andalucía instituido en 2005.

Las Terapias Ecuestres realizan acciones de carácter terapéutico con y sobre el caballo, dirigidas a personas afectadas por enfermedades o alteraciones discapacitantes; bien sean estas físicas, psíquicas, sensoriales o comportamentales; así como en problemas de marginación y/o inadaptación social y que pueden ayudar en la rehabilitación, reeducación y socialización tanto del colectivo de intervención, como, por complementariedad, de su entorno familiar y social.

Es, por un lado, un entrenamiento especial físico, aprovechando los movimientos tridimensionales del caballo que trasmite al andar 110 impulsos diferentes por minuto al jinete. El paciente, a través del movimiento del caballo, desarrolla posturas correctas a través de estimulación propioceptiva y sensomotriz, produciéndose la eliminación de posibles desequilibrios, la regulación del tono y el empleo de funciones articulares y musculares que no están optimizadas.

Por otro lado, hay que sumar los beneficios psicológicos que la equitación les brinda a las personas en general y a los que sufren alguna discapacidad en particular. Ya que aumenta la sociabilidad y la integración. Los alumnos / as se benefician de la sensación de orgullo y autoestima que resulta del hecho de aprender a cuidar, manejar y montar los caballos. El contacto con el caballo y su entorno proporciona un desarrollo sensorial, socio-afectivo, psicomotor y una mejora en la capacidad de aprendizaje a quien lo practica, mediante la vivencia de una actividad distinta. El caballo consigue así que “su particular jinete” se sienta feliz y motivado, por lo que progresa de manera extraordinaria en las sesiones de trabajo.

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