24 mayo 2009

Aprender a escuchar al cuerpo puede salvar vidas

NUEVA YORK, NY. (ConCienciaNews) – “Luego de ingresar en dos oportunidades al hospital, finalmente los doctores me diagnosticaron con lupus sistémico. Mi desconcierto fue total, pues pensé que era una enfermedad más de mujeres que de hombres”.

Así recuerda George Rodríguez cómo conoció su nueva condición, al igual que los más de un millón y medio de personas que viven con lupus en los Estados Unidos, según los Institutos Nacionales de la salud, NIH.

El lupus es una enfermedad crónica del sistema inmunológico, no contagiosa y que se manifiesta a través de brotes o crisis. El sistema inmune generalmente protege al cuerpo produciendo anticuerpos o proteínas que atacan y destruyen a los agentes invasores extraños, tales como las bacterias y los virus.

Sin embargo, en las personas con lupus, y por razones todavía desconocidas, el sistema inmune produce anticuerpos que atacan a las células sanas del propio cuerpo, lo que puede provocar lesiones en órganos vitales, discapacidad o la muerte.

“Cuando una persona presenta síntomas como fiebre, dolor en articulaciones, cansancio, debe recurrir a su médico para que le haga un chequeo general”, dijo el doctor Héctor Florentino, internista hematólogo y oncólogo con más de 20 años ejerciendo la medicina.

Según Florentino “las personas deben aprender a escuchar su cuerpo: cuando presenta algún síntoma o alguna molestia anormal deben estar atentos pues les está avisando que algo pasa”.

El Lupus un ‘camaleón maligno’

Para Rodríguez sus síntomas fueron fiebre constante (39?C) durante tres semanas y fue ingresado al hospital por creer que se trababa de algún tipo de infección; sus glóbulos blancos estaban al 1 por ciento, cuando lo normal sería entre 6 y 7 por ciento.

Sin embargo, cuenta que “en esa ocasión no sabían a ciencia cierta qué tenía, todos los resultados descartaban leucemia, y mi hígado estaba inflamado, pensaron que tenía hepatitis, pero luego de unos días no tenía nada. A esta altura todo era más confuso”.

Esto se debe a que el lupus se le conoce como la “gran imitadora”, porque sus síntomas se asemejan a los de otras enfermedades comunes y puede pasar desapercibida durante mucho tiempo.

Por tanto, cuando el médico de atención primaria sospecha que puede tratarse de lupus, remite a los pacientes a un especialista: al dermatólogo si se trata de Lupus discoide, o bien al internista o al reumatólogo si es el lupus sistémico, que serán los encargados de realizar el diagnóstico.

La detección precoz, un diagnóstico adecuado y la medicación para el lupus ayudan a que los efectos debilitantes de la enfermedad no sean graves, aunque se le conoce más como una enfermedad crónica.

Centros de apoyo para enfermos con Lupus

Cualquier persona puede padecer Lupus, pero las mujeres presentan un riesgo mayor y es más común entre las mujeres afroamericanas, hispanas, asiáticas y nativoamericanas.

Para Jazmín Santiago, coordinadora de la Fundación de Lupus en el Bronx, Nueva York, en su centro tienen a más de 850 afiliados con la enfermedad.

“Nuestro objetivo es educar a la comunidad acerca de esta enfermedad, que es difícil de diagnosticar y por tanto de controlar. Somos un grupo de apoyo, y les ayudamos en todo lo relacionado a buscar ayuda para los medicamentos y más atención”, dijo Santiago.

“También salimos a buscar a estas personas que necesitan de orientación. Lo ideal es que busquen un grupo de apoyo en su ciudad, es importante para los pacientes con esta enfermedad y su familia”, dijo Santiago.

Síntomas del Lupus

Para Teresa Vera, todo empezó con el nacimiento de su hija hace 37 años, cuando desarrolló una especie de hematoma en sus piernas, y después de muchos exámenes le diagnosticaron lupus.

“Desde ese momento inicié mi tratamiento que sigo al pie de la letra. Ahora con los años es más fuerte. Ya me deshabilitaron y he tenido ya ocho operaciones, pero sigo optimista”, dijo Vera.

Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Músculo Esqueléticas y de la Piel, aún no se conoce con exactitud la causa del lupus, ya que tiene muchos síntomas, pero entre los más comunes se encuentran: dolor o inflamación en las articulaciones; dolores musculares; fiebre de origen desconocido; erupciones cutáneas rojas, generalmente en la cara (también llamadas "en alas de mariposa").

No existe una prueba única para diagnosticar lupus; puede tomarse meses o años hacer el diagnóstico. No existe una cura para la enfermedad, pero los medicamentos y cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlarlo. Asimismo, mejorar la divulgación de los síntomas del lupus puede salvar vidas.

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