Son muchas las patologías que llegados a una edad se padecen, sin embargo existen dos de carácter neurodegenerativo cuyo número de afectados está en aumento. Se trata de la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
“Creo que se aburren conmigo”
“Hablan entre ellos como si yo no estuviera”
“Controlan mi vida y hablan por mí”
“No me dejan hacer cosas que aún podría hacer, si me dan tiempo”.
“Se sienten avergonzados y desconcertados por mi causa”.
“Necesito estar cerca de mis familiares por sentirme seguro”
Estas son algunas de las frases que los enfermos de Alzheimer más se cuestionan a lo largo del día. Estos enfermos pasan por diversas fases o estadios, en las iniciales o de pre-diagnóstico notan rarezas, cambios de humor y es cuando se cuestionan el cambio que su entorno está adquiriendo con ellos, posteriormente comenzará un deterioro leve, con la negación de la enfermedad, la pérdida de memoria reciente, aumentará su irritabilidad, para pasar a un estadio de deterioro moderado con una alteración de conducta, evitación de actividades, desorientación en espacio, tiempo y persona. El deterioro grave es la siguiente etapa, que conlleva una dependencia total para el aseo, el vestirse, comer y moverse, y por último fase terminal con la pérdida del habla y de la movilidad.
Como podemos observar la enfermedad de Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa, que consiste en una pérdida progresiva de las funciones intelectuales, además de diversas alteraciones conductuales y motoras que interfieren claramente en el desarrollo de la vida cotidiana. Sin embargo, es necesario un diagnóstico y un tratamiento de los primeros síntomas, ya que ayuda a la ralentización de éstos y alarga las fases.
Existen falsas ideas sobre el Alzheimer ya que no es parte del envejecimiento normal (está afectando a personas menores de 65 años), no es contagiosa ni está comprobado que sea totalmente hereditaria, falsos mitos que dificultan en algunos casos la detección y diagnóstico, lo que conlleva la afección de la misma en estados más avanzados.
Por otro lado, la enfermedad de Parkinson que fue descrita por primera vez en 1817, afecta al control, a la coordinación del movimiento muscular y a la postura. No es una enfermedad mental. Su causa es desconocida y puede comenzar en adultos de 50 años. El tratamiento farmacológico reduce los síntomas y tiene buenos resultados, pero para afrontar esta enfermedad es necesario apoyo psicológico debido a que es frecuente que aparezca depresión relacionada y un programa de terapia ocupacional para mantener el control de la motricidad que permita ser independiente en las actividades de la vida diaria.
Para afrontar el Alzheimer y el Parkinson lo principal es ponerse en el lugar del enfermo y tener un equipo de profesionales apoyándolo. La figura de los centros de día se erige como la alternativa más eficaz para comenzar con los tratamientos a estos enfermos, la aplicación de terapias individualizadas y dirigidas a ellos en los primeros estadios de la enfermedad tienen importantes resultados en la mejora de su calidad de vida. En Vitalia Tu Centro de Día nos pondremos en la piel del enfermo de Alzheimer y de Parkinson, para lograr ver con sus “ojos” para poder hablar en su “idioma”. Empatizando con sus sentimientos y sus limitaciones y a través de técnicas y tratamientos de fisioterapia, terapia ocupacional, medicina, enfermería y psicología ayudaremos a mejorar, mantener y ralentizar el deterioro que provoca estas enfermedades. El familiar, otra de las piezas clave para incidir en la mejora de la calidad de vida, contará con nuestra formación y profesionalidad para conciliar su vida familiar y laboral, sirviéndole de apoyo en todo momento.
“Creo que se aburren conmigo”
“Hablan entre ellos como si yo no estuviera”
“Controlan mi vida y hablan por mí”
“No me dejan hacer cosas que aún podría hacer, si me dan tiempo”.
“Se sienten avergonzados y desconcertados por mi causa”.
“Necesito estar cerca de mis familiares por sentirme seguro”
Estas son algunas de las frases que los enfermos de Alzheimer más se cuestionan a lo largo del día. Estos enfermos pasan por diversas fases o estadios, en las iniciales o de pre-diagnóstico notan rarezas, cambios de humor y es cuando se cuestionan el cambio que su entorno está adquiriendo con ellos, posteriormente comenzará un deterioro leve, con la negación de la enfermedad, la pérdida de memoria reciente, aumentará su irritabilidad, para pasar a un estadio de deterioro moderado con una alteración de conducta, evitación de actividades, desorientación en espacio, tiempo y persona. El deterioro grave es la siguiente etapa, que conlleva una dependencia total para el aseo, el vestirse, comer y moverse, y por último fase terminal con la pérdida del habla y de la movilidad.
Como podemos observar la enfermedad de Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa, que consiste en una pérdida progresiva de las funciones intelectuales, además de diversas alteraciones conductuales y motoras que interfieren claramente en el desarrollo de la vida cotidiana. Sin embargo, es necesario un diagnóstico y un tratamiento de los primeros síntomas, ya que ayuda a la ralentización de éstos y alarga las fases.
Existen falsas ideas sobre el Alzheimer ya que no es parte del envejecimiento normal (está afectando a personas menores de 65 años), no es contagiosa ni está comprobado que sea totalmente hereditaria, falsos mitos que dificultan en algunos casos la detección y diagnóstico, lo que conlleva la afección de la misma en estados más avanzados.
Por otro lado, la enfermedad de Parkinson que fue descrita por primera vez en 1817, afecta al control, a la coordinación del movimiento muscular y a la postura. No es una enfermedad mental. Su causa es desconocida y puede comenzar en adultos de 50 años. El tratamiento farmacológico reduce los síntomas y tiene buenos resultados, pero para afrontar esta enfermedad es necesario apoyo psicológico debido a que es frecuente que aparezca depresión relacionada y un programa de terapia ocupacional para mantener el control de la motricidad que permita ser independiente en las actividades de la vida diaria.
Para afrontar el Alzheimer y el Parkinson lo principal es ponerse en el lugar del enfermo y tener un equipo de profesionales apoyándolo. La figura de los centros de día se erige como la alternativa más eficaz para comenzar con los tratamientos a estos enfermos, la aplicación de terapias individualizadas y dirigidas a ellos en los primeros estadios de la enfermedad tienen importantes resultados en la mejora de su calidad de vida. En Vitalia Tu Centro de Día nos pondremos en la piel del enfermo de Alzheimer y de Parkinson, para lograr ver con sus “ojos” para poder hablar en su “idioma”. Empatizando con sus sentimientos y sus limitaciones y a través de técnicas y tratamientos de fisioterapia, terapia ocupacional, medicina, enfermería y psicología ayudaremos a mejorar, mantener y ralentizar el deterioro que provoca estas enfermedades. El familiar, otra de las piezas clave para incidir en la mejora de la calidad de vida, contará con nuestra formación y profesionalidad para conciliar su vida familiar y laboral, sirviéndole de apoyo en todo momento.
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