20 marzo 2009

Una bacteria láctea puede sustituir a los pinchazos en las vacunas

En lugar de la temida inyección con una aguja, algún día la vacunación contra cualquier enfermedad podrá ser tan placentera como tomar un yogur.

Un investigador de la Feinberg School of Medicine de la Universidad Northwestern (Estados Unidos) - ha desarrollado un nuevo tipo de vacuna oral usando probioticos, una bacterias saludables que se encuentran en productos alimenticios cotidianos como el yogur o el queso. Ha conseguido utilizar este sistema con éxito en un estudio preclínico para crear inmunidad a la exposición al anthrax. También investiga para desarrollar una vacuna contra el cáncer de mama y contra varias enfermedades infecciosas.

Esta nueva generación de vacunas tiene grandes beneficios más allá de eliminar el factor 'Ay'. Administrar la vacuna en el intestino --mejor que inyectada en un músculo-- aprovecha todo el poder de la fuerza inmune del cuerpo, que se localiza en el intestino delgado. "Este es potencialmente un gran avance en la forma en que administramos las vacunas", explicó Mansour Mohamadzadeh, autor principal del trabajo y profesor de Gastroenterología en la Feinberg School.

"Tras recibir el nuevo modelo de vacuna, la bacteria coloniza tu intestino y empieza a producirla ahí", explicó. "Entonces se distribuye de forma rápida a través del cuerpo. Si puedes activar el sistema inmunológico desde el intestino, tiene mucha mayor respuesta inmunitaria que mediante inyecciones musculares. La bacteria patógena será eliminada de forma más rápida".

La mayoría de las vacunas consisten en proteínas y no mantendrían su efectivdad de ser ingeridas. Sin embargo, el lactobacillus incluido en células dendríticas protege a la vacuna hasta que llega al intestino delgado. Estas células dendríticas inducen la proliferación y activación de células inmunitarias. Este estudio ha sido publicado en la revista Proceedings.

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