28 febrero 2009

Un mundo de hierba

Spannabis, la mayor feria internacional del cannabis, exhibe en Barcelona todas las novedades del sector con ritmos de música reggae y llamamientos a la legalización de la marihuana.

«Succionas el vapor con todas las mejores sustancias de la marihuana, que entra directamente en tus pulmones, llega a la sangre, al cerebro, y de repente algo extraordinario empieza a pasar, no sé muy bien todavía por qué; por eso todavía sigo intentándolo». Con estas palabras Event de Vendamper, un entrañable holandés de barba cana, directamente venido de los cautivantes 'coffeshops' de Amsterdam, explica el mecanismo de su aparatoso artilugio, una enorme pipa de agua que él mismo fabrica, destinado al consumo de marihuana evaporizada.
A juzgar por el número de visitantes que se agolpan en el mostrador de su puesto, deseosos de comprobar por sí mismos sus propiedades con una honda succión, no es difícil adivinar que éste es uno de los productos estrella de Spannabis 09. La sexta edición del certamen, definido por sus organizadores como la mayor feria del cáñamo en el panorama internacional, arrancó ayer en Barcelona con 150 expositores y un compacto programa de conferencias que se centran en el uso del cannabis con finalidades terapéuticas.
La muestra tiene como objetivo «dar a conocer la industria que se mueve en el mundo del cannabis, y abogar por su despenalización», según explica Raúl del Pino, director de Spannabis, quien espera superar este año la afluencia de los 18.000 visitantes de la pasada edición. Un recorrido por los expositores, entre aromas de marihuana y ritmos de música reggaee, puede resultar como mínimo sorprendente para un desconocedor. La gama de productos que ofrecen es infinita. Desde variedades de semillas de cáñamo con exóticas nominaciones, como el Fruity Juice, definido como «un cogollo tailandés de rico y distintivo aroma», a todo tipo de materiales e innovaciones tecnológicas para mejorar el cultivo del cannabis, como el 'Wilma Propegator', venido de Holanda, «un aparato innovador que regula la humedad de la planta», según explica Peter, vendedor de la compañía que lo comercializa.
«Esto es una industria»
Ropa, calzado, cosméticos, materiales de construcción, hasta colchones pueden ser fabricados a partir de productos derivados del cáñamo. Alberto, un empresario de Barcelona, defiende sus colchones «100% ecológicos, que duran mucho más que cualquier otro pues repelen los ácaros», mientras sube el volumen de la música machacona que atrae a los clientes a su expositor. Muchos no dudan en lanzarse en plancha sobre la colchoneta para comprobar que realmente es tan cómoda como asegura su promotor.
«Esto es una industria, un negocio, aunque ilegal. Es la hipocresía de siempre», comenta David, un visitante que ha viajado desde Castellón expresamente para la feria, y que se Confiesa consumidor habitual de marihuana, algo que defiende acérrimamente. «La fumo desde hace años y me veo bastante bien, te aporta mucha paz». Víctor, que ha venido desde Murcia, admite ir «un poco colocado», pues diligentemente ha aceptado la invitación para probar los vaporizadores más innovadores del mercado.

El cultivo de marihuana es legal en España, según aclara Raúl del Pino, «siempre que sea para consumo propio», aunque reconoce que no están claramente establecidos los límites entre lo que se considera consumo propio o tráfico de estimulantes. «La sociedad está muy desinformada sobre el uso del cannabis, muy pocos conocen sus propiedades terapéuticas, que abarcan el tratamiento sintomático de enfermedades, desde la fibromialgia a la esclerosis múltiple o los efectos secundarios de la quimioterapia en enfermos de cáncer e incluso la lucha contra los tumores, como han revelado recientes estudios», asevera el director de la muestra.
En la primera conferencia programada, titulada 'Aspectos legales del cannabis terapéutico', el abogado Héctor Brotons dio a conocer las posibilidades a las que pueden optar las personas que necesitan consumir cannabis por motivos de salud, «alejándose de la criminalización y del mercado negro». Actualmente no es legal recetar fármacos derivados del cannabis -sólo hay una excepción para el caso de enfermos terminales- y diversas asociaciones de consumidores están promoviendo el desarrollo de 'clubs de cultivo colectivo para abastecer el uso medicinal y lúdico'. En España, más de 2,2 millones de personas fuman marihuana o hachís al menos una vez al mes, según una encuesta del Plan Nacional Sobre Drogas.

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