23 noviembre 2008

Casi la mitad de los fumadores presentan alguna disfunción sexual


En un estudio muy reciente, llevado a cabo con 2288 varones, un 43,3% presentaba alguna disfunción sexual encontrándose que, entre todos los factores de riesgo, el de mayor incidencia era el tabaco.

Aproximadamente el 40% de quienes consultan por disfunción eréctil al Instituto Andaluz de Sexología y Psicología son fumadores y quienes no fuman, pero conviven o están en contacto con fumadores, tienen doble riesgo de padecer disfunción eréctil después de un seguimiento de nueve años.

Además el tabaco incrementa el riesgo de padecer disfunción eréctil asociado a otras enfermedades como diabetes, hipertensión y dislipemia (Alteración de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre), empeorando el riesgo que conlleva la edad, aunque el tabaco parece tener más impacto negativo en jóvenes fumadores respecto a los mayores.

El hábito de fumar es el factor de riesgo arterial más peligroso. En animales se ha demostrado que la influencia negativa de la nicotina en la erección, se debe a una alteración del mecanismo venooclusivo.

Otros autores lo atribuyen a lesiones endoteliales similares a las producidas por el tabaco en enfermedades coronarias y otras patologías circulatorias. Lo cierto es que el riesgo de desarrollar una disfunción eréctil es 1,6 veces mayor en fumadores, resultando 2,3 veces mayor entre quienes fuman más de 20 paquetes de cigarrillos al año.

En suma, parecen estar implicados varios mecanismos:

- Alteración de la síntesis del óxido nítrico endotelial, principal sustancia para relajar el músculo liso cavernoso del pene y favorecer la erección, que a su vez facilita la aparición de placas ateromatosas en las arterias peneanas.
- La vasoconstricción de las arteriolas y de las fibras musculares intracavernosas.
- El aumento de la tasa de catecolaminas (neurotransmisores) circulantes inducida por nicotina. - Mayor migración de macrófagos (células del sistema inmunitario) y proliferación del músculo liso, lo que aumenta la probabilidad de arteriosclerosis.
- Aumento del fibrinógeno (precursor de trombos) lo que incrementa la incidencia de trombosis.
- El daño estructural de los cuerpos cavernosos con una disminución de la flexibilidad del tejido.
- La nicotina induce disfunción endotelial por medio de la producción de asimétrica dimetil arginina e inhibición de la endotelial óxido nitrasa, es decir aumenta el factor de riesgo para la circulación.

Además la acción vasoconstrictora de la nicotina ejercida sobre las arteriolas intracavernosas, provoca una disminución de riesgo como sucede en las vasoconstricciones periféricas, con la consiguiente caída del flujo sanguíneo a los cuerpos cavernosos.

De la misma manera las catecolaminas circulantes pueden provocar el mantenimiento del tono inhibidor y no permitir la relajación completa de las fibras intracavernosas. Este hecho interfiere con los mecanismos de oclusión venosa, dando lugar a erecciones poco rígidas y de corta duración. De hecho, la nicotina existente en dos cigarrillos puede inhibir las erecciones inducidas por inyección intracavernosa de papaverina y disminuye el efecto de los inhibidores de la 5-fosfodiesterasa (medicamentos del tipo Viagra).

Cada cigarrillo produce, por el efecto de la nicotina, una media hora de vasoespasmo arterial, por lo cual, si alguien está despierto unas 16 horas por día y fuma 30 cigarrillos diarios no le dará descanso a sus arterias, que se mantendrán en contracción casi todo el día, lo que no es una ayuda para los vasos del pene que necesitan dilatarse para lograr la erección.

Por otro lado para el mantenimiento del endotelio peneano son fundamentales las erecciones nocturnas y se ha demostrado que la rigidez de la erección durante el sueño correlaciona inversamente con el número de cigarrillos fumados por día. La mayoría de los estudios que relacionan tabaco con sexualidad se han llevado a cabo con pacientes cardiovasculares, no obstante en un estudio con una muestra de casi 8000 personas sin alteraciones vasculares, se asociaba perfectamente el número de cigarrillos con la aparición de disfunción eréctil.

Además la nicotina produce

- Dependencia.
- Hipertensión arterial.
- Interacción con varios medicamentos (fluvoxamina, anticonceptivos hormonales, benzodiazepinas, ranitidina, ritonavir, etc.).
- Aumento del colesterol.
- Disminución de la irrigación sanguínea.
- Angor pectoris, infartos y ateromas.
- Muerte súbita.
- Disfunción eréctil.
- Trastornos en la marcha.
- Gastritis y úlceras de estómago.
- Disminución de la micción.
- Insuficiencia respiratoria, bronquitis y enfisema pulmonar.

A todo esto hay que añadir el efecto de otros productos y metales tóxicos como el cadmio, aluminio, cobre, níquel, cromodisulfuro de carbono y cianuro hidrogenado contenidos en los cigarrillos que disminuyen la entrega de oxígeno y el aumento del trabajo cardíaco, con ascenso del colesterol total, LDL y triglicéridos y descenso de la HDL.

No se debe olvidar que el cigarrillo puede estar compuesto hasta por 4800 diferentes componentes y la mezcla de metales y oxidantes produce daño endotelial. Así, por ejemplo, tres cigarrillos al día suponen un aumento de los niveles en sangre de cadmio respecto a los no fumadores

En la mujer el tabaco disminuye la excitabilidad dificultando la lubricación vaginal y retardando el orgasmo. Obviamente, la disminución en la disponibilidad del óxido nítrico necesario para la erección clitoridea y la lubricación va a tomar parte en el asunto. Tampoco se debe olvidar que el tabaco altera el olfato, sentido que se ha demostrado de importancia capital como inductor de la excitabilidad femenina.

A nivel reproductivo, la experiencia acumulada sugiere que el tabaco tiene repercusiones negativas importantes sobre la producción, la movilidad y la morfología de los espermatozoides. Se ha demostrado en modelos animales, que la nicotina, el humo del tabaco y los hidrocarburos aromáticos policíclicos producen atrofia testicular, disminuyen el volumen de semen y deterioran la espermatogénesis, haciendo que el producto eyaculado contenga menos espermatozoides y de peor calidad.

El humo del tabaco, produce también alteraciones hormonales importantes. Los niveles séricos de Prolactina y Estradiol se elevan en los hombres fumadores. La producción de Estradiol y su concentración sérica media son significativamente mayores en los fumadores con oligospermia. Las concentraciones séricas elevadas de Estradiol no sólo inhiben el eje hipotálamo hipofisario gonadal, sino que además pueden aumentar la producción de adrenalina y noradrenalina, lo que ocasiona isquemia relativa de los túbulos seminíferos.

En la mujer el tabaco aumenta un 28% el riesgo de aborto espontáneo, aumenta al doble el riesgo de embarazo ectópico y disminuye el peso de los neonatos. Además existe un riesgo mayor de tener un bebé prematuro junto a superiores probabilidades de complicaciones durante el parto.

En la especie humana, la exposición prenatal al tabaquismo materno causa otras alteraciones en el aparato reproductor masculino, como mayor incidencia en cáncer testicular, reducción de la calidad del semen así como del tamaño testicular

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