Y es que vivimos en medio de competencias, exigencias y perfeccionismo impuestos por la cultura, la sociedad y sobre todo por nosotras mismas. Esto nos ha traído exigirnos cada vez más y demostrar que podemos con todo y más a cambio de sacrificio, cansancio, mal humor, frustración, insomnio y mala salud.
¿Qué es?
Es cuando la mujer se exige hacer a la perfección todas sus actividades diarias, tales como las responsabilidades de su género, así como su respuesta a las exigencias de la sociedad.
Siempre dispuesta, se exige cada vez más, duerme menos de seis horas e intenta cubrir a la perfección las expectativas que se le propongan, cubriendo las necesidades de todos y pocas veces las suyas.
Esta idea de superwoman nació a finales del siglo pasado, cuando se empezó a observar que la mujer, a la par que el hombre, estudia y se prepara para ocupar puestos similares a los que ocupan los hombres.
Nada es suficiente
Una vez que está capacitada profesionalmente para hacerlo, lo realiza en un puesto profesional, pero sin dejar de ser mujer y cumplir además con todas responsabilidades que le fueron adjudicadas por el hecho de ser mujer como atender el hogar y tenerlo en perfectas condiciones, cuidar de sus padres, atender a sus hijos.
Además, en la actualidad nos invade una autoexigencia de “nada es suficiente”, la cual nos dice “tú puedes dar más y nunca es suficiente”.
Esto lo podemos ver perfectamente en la publicidad de las marcas de consumo, “siempre puedes tener más y ahora vives en la era de querer más”, lo cual no es negativo del todo porque motiva a seguir, pero no nos deja vivir ni gozar el presente porque pensamos “que más queremos ahora”.
Llegar ¿a dónde?
Hoy en día tenemos mucha insatisfacción porque nada es suficiente y vivimos autoexigiéndonos para llegar ¿a dónde? El ritmo de vida acelerado que estamos viviendo las mujeres, madres o no, casadas o no, profesionistas o no, es demasiado alto, sin saber muchas veces qué consecuencias nos podrá traer esto.
Es por eso que aquí te damos a conocer algunas de las consecuencias que trae consigo el síndrome de superwoman. Entre las consecuencias positivas podemos pensar en alta autoestima, saborear el éxito, autoapoyo, seguridad, confianza, reconocimiento y admiración.
Pero entre las consecuencias negativas están las fisiológicas como problemas gastrointestinales, dolores musculares, trastornos alimenticios, hipertensión e insomnio.
Y las psicológicas y emocionales como la depresión, ataques de ansiedad, insatisfacción, frustración, enojo, fatiga crónica y la fibromialgia, que recientemente se ha detectado que es más una enfermedad de mujeres (90%) y sobre todo las que se exigen demasiado y manejan un alto nivel de estrés.
Para reflexionar
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• ¿Tengo o conozco a alguien con estas características?
• ¿Qué gano con tener este síndrome?
• ¿Qué pierdo si no lo tengo?
• ¿Qué cosas necesito y qué no necesito en mi vida?
En fin, es un tema bastante amplio y te invito a reflexionar en él. Si te interesa saber más sobre éste u otros temas relacionados, te invito a consultar.
(fuente/esmas.com)
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