19 mayo 2009

Fibromialgia, una "enfermedad invisible" que padecen 800 mil argentinos

Se trata de un mal que afecta al sistema nervioso caracterizado por un dolor extendido y persistente en las articulaciones, los músculos, los tendones y otros tejidos blandos. Nueve de cada 10 casos se presentan en mujeres. El diagnóstico tardío demora el tratamiento Al menos 800 mil personas sufren en nuestro país de fibromialgia, una afección dolorosa crónica conocida como "la enfermedad invisible". Los pacientes, en su gran mayoría mujeres, deben lidiar con el dolor que causa la patología y, además, con la incomprensión de quienes los rodean. Así lo afirmó la Asociación Civil FibroAmérica en un acto con motivo del Día Mundial de la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), que se conmemora cada 12 de mayo.

"Recién en 1992, la Organización Mundial de la Salud reconoció a la fibromialgia como una enfermedad", comentó Blanca Mesistrano, fundadora de FibroAmérica. "El dolor no se ve. La fibromialgia no deja rastros en análisis, ni en el cuerpo, y el diagnóstico es difícil de hacer. Es muy difícil tratar una enfermedad si no se reconoce que existe. Apuntamos a concientizar para que los afectados busquen solución, y para que los médicos traten de conocer más sobre esta patología".

Osvaldo D. Messina, jefe del Departamento de Reumatología del Hospital de Agudos Cosme Argerich y profesor de Reumatología en la Facultad de Medicina de la UBA, explicó que "es una de las enfermedades reumatológicas más frecuentes", y que si bien no hay cifras de prevalencia locales, “se estima que 2% a 5 % de la población la padece. Si así fuera, hablaríamos de 800 mil a 2 millones de personas afectadas en la Argentina".

La fibromialgia es una enfermedad dolorosa crónica caracterizada por un dolor extendido y persistente en las articulaciones, los músculos, los tendones y otros tejidos blandos. Nueve de cada 10 casos se presentan en mujeres. A menudo se asocia con el SFC, un cansancio o agotamiento fuerte y prolongado (fatiga), que no se alivia con el descanso y que disminuye la capacidad para desempeñarse cotidianamente.

Messina enfatizó que “usualmente, no es fácil realizar el diagnóstico de fibromialgia, por varias razones. En primer lugar, muchos médicos no especializados desconocen su existencia y minimizan los síntomas, asociándolos a trastornos psiquiátricos. En segundo término, las formas de presentación clínica pueden ser muy variadas (dolor difuso crónico, trastornos del sueño, cansancio, cefaleas, hormigueo, ansiedad, boca y ojo secos, fenómeno de Raynaud , colon y vejiga irritable y otros). Sin embargo, la manifestación cardinal es el dolor difuso, junto con la sensibilidad dolorosa a la palpación de regiones anatómicas específicas en 11 de 18 puntos ‘gatillo’”.

El especialista indicó que existen medidas terapéuticas eficaces que permiten mantener una buena calidad de vida al paciente con fibromialgia. No obstante, muchas personas aún no están diagnosticadas, y por ende cargan con todos los síntomas de la enfermedad con una calidad de vida empobrecida. Por eso, la Sra. Mesistrano enfatizó que “es imprescindible consultar al médico ante la aparición de síntomas de dolor sostenido durante tres meses o más. Hay soluciones, pero tenemos que buscarlas”.

Qué es la fibromialgia
La fibromialgia es una enfermedad dolorosa crónica caracterizada por un dolor extendido y persistente en las articulaciones, los músculos, los tendones y otros tejidos blandos. Nueve de cada 10 casos se presentan en mujeres. Pese a que los síntomas pueden aparecer a edad temprana (incluso en niños), la mayoría se manifiesta durante la post-menopausia.

Sus principales signos son: dolor generalizado durante más de tres meses y al menos 11 puntos dolorosos de los 18 ‘puntos gatillo’ (que duelen al presionarlos) identificados para la fibromialgia. Otros síntomas son: fatiga, agotamiento extremo continuo, confusión, pérdida de memoria a corto plazo, pensamiento desorganizado, depresión, hipersensibilidad táctil, visual y auditiva, dificultad en la concentración, insomnio y dolores musculares.

Se calcula que los pacientes deambulan unos tres años por los consultorios hasta obtener un diagnóstico acertado. “Cabe aclarar que no se trata de un problema psicológico ni psiquiátrico: es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central (SNC), en la que por alguna causa desconocida se modifica el impulso que llega al cerebro. Esto lleva a que estímulos como la brisa o el roce de la ropa sean interpretados en forma errónea como dolor”, comentó la señora Mesistrano.

El 30% de los afectados pierde el empleo; también se pierden amigos (por no acudir a reuniones sociales) y, en ocasiones, se destruye el hogar, ya que pese a parecer personas sanas deben hacer reposo durante mucho tiempo, algo que no todas las familias pueden comprender.

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