La vida agitada a la que nos hemos acostumbrado y las múltiples obligaciones a las que la mayoría de la gente se ve sometida, hace que se vuelva difícil detectar esta enfermedad.
El SFC o Síndrome de Fatiga Crónica, también conocido como Encefalomielitis Miálgica (ENMI), es una condición clínica muy seria, que afecta al sistema nervioso central y a sus conexiones con los sistemas inmune y neuroendocrino.
Síntomas que no dan tregua Como esta dolencia afecta a todo el organismo, sus síntomas son múltiples y muy variados.
Pero en general se puede reconocer por las siguientes manifestaciones clínicas:
Agotamiento extremo que no cede con el reposo y empeora con la actividad física o mental.
Fiebre baja.
Inflamación de ganglios.
Dolores musculares y articulares.
Presión baja.
Intolerancia ortostática (la persona no puede sostener la posición erecta o sentada por mucho tiempo, se siente mejor acostada).
Trastornos cognitivos (dificultad para pensar con claridad, trastornos de la memoria y de la atención, etc.).
Hipersensibilidad a los estímulos externos.
Trastornos del sueño.
Aunque en líneas generales éstos son los síntomas, la enfermedad varía en severidad, se expresa de manera particular en cada persona y puede tener períodos de mayor o menor intensidad.
Las causas de este trastorno son desconocidas.
Se trata de una enfermedad que afecta fundamentalmente a mujeres de entre 20 y 50 años, aunque también la padecen niños y adolescentes.
Seguimiento exhaustivo Ya que los síntomas en ocasiones no resultan totalmente claros y no existen análisis específicos o pruebas que permitan confirmar la enfermedad, es importante estar atento a la manifestación de ellos.
Los especialistas coinciden al afirmar que cuando el agotamiento dura más de seis meses y se presentan por lo menos cuatro síntomas característicos, se puede estar hablando de fatiga crónica.
El diagnóstico muchas veces se realiza también por exclusión de otras enfermedades.
En líneas generales cuando la persona comienza a padecer la enfermedad, su ritmo de vida suele verse afectado drásticamente, la persona no puede continuar con su cotidianeidad y su actividad física y mental disminuyen drásticamente.
Cabe destacar que la fatiga crónica no es una enfermedad contagiosa ni hereditaria y no se complica ni causa la muerte, a pesar de la debilidad general que provoca.
Si bien todavía no se ha encontrado una cura específica para la enfermedad, muchos pacientes pueden mejorar su condición con tratamientos sintomáticos.
¿Cómo se puede tratar? El Síndrome de Fatiga crónica no se cura, pero se pueden mejorar e inclusive eliminar sus síntomas, como la depresión, los dolores musculares o el insomnio.
Se recetan antidepresivos, relajantes musculares y antiinflamatorios que mejoran la calidad de vida del paciente.
La terapia psicológica completa el tratamiento.
También resultan de gran utilidad las terapias alternativas entre las que se incluyen dietas, actividad física moderada (natación, caminatas, yoga, etc.), acupuntura, homeopatía, tratamientos con hierbas, suplementos vitamínicos y muchos otros que algunos pacientes han encontrado como beneficiosos.
¿Qué hacer? Para aquellas personas que sospechen puedan sufrir esta enfermedad, es importante hacer un registro de los síntomas que presentan en el que se tengan en cuentan aspectos tales como: duración, frecuencia, intensidad, progresos, recaídas, distintas sensaciones y estados físicos, mentales y emocionales.
De esta manera el médico tendrá la información necesaria para el diagnóstico y tratamiento.
Para sobrellevar la enfermedad..
Busque un médico que tenga conocimiento sobre la fatiga crónica, con quien pueda establecer un buen vínculo de comunicación.
Busque información sobre la enfermedad. Informe a sus familiares y amigos, compañeros de trabajo y empleadores.
Busque apoyo en personas que tengan el mismo problema.
Necesidades emocionales Según un informe elaborado por la Asociación Argentina de Síndrome de Fatiga Crónica, estos pacientes requieren rodearse de gente que entienda su problema y que los acompañe.
Algunos consejos que servirán para alivianar la carga de la enfermedad:
Evitar relaciones que sean física o mentalmente agotadoras, y personas y situaciones que lo estresen.
Comunicar abiertamente las necesidades y sentimientos acerca de la enfermedad.
Preservar la libertad e independencia, a pesar del estado de necesidad que crea la enfermedad.
Aprender a respetar un nivel de actividad que no implique malestares.
Delegar las tareas que excedan este ritmo.
4 comentarios:
yo lei sobre esta enfermedad hace muchisimos años, es increible que aun no tengan avances en cuanto a esto o que sean muy pocos.
serigrafia textil , pues es así no hay muchos avances, es más yo creo que los que hay son muy tímidos, eso si mendicación especifica , nada de nada
Un saludo.
es increible a lo que hemos llegado, hace alrededor de 50 años esto no pasaba. Las cosas se aceleran a mas ritmo del que nos podemos acostumbrar.
Inmuebles....
pues tienes razón , supongo que es la enfermedad del siglo XX y XXI, lo malo es que no hay mucho interés en dar soluciones , para las personas que estamos afectadas por ella.
Un beso
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