Se trata del primer caso en el que una mariscadora opta a una pensión vitalicia a cargo de la Seguridad Social a causa de esta dolencia, que pasa de este modo a formar parte del listado de enfermedades que invalidan a una persona para ejercer el marisqueo a pie. Desde la Asociación Galega de Mariscadoras (Agamar) explican que se trata de un síndrome de tipo crónico, caracterizado por dolores musculares y óseos, "incompatible" con el trabajo a pie de playa. Este colectivo avanza, además, que este "importante logro judicial podría hacerse extensivo a muchas mariscadoras" que se ven en la necesidad de seguir trabajando "a pesar del dolor" producido por la enfermedad.
El sector marisquero, que en Galicia ocupa en un 90% de los casos a mujeres, suma así un nuevo triunfo en su lucha por equipararse al resto de profesiones en derechos sociales. El pasado 1 de enero de 2007, las mariscadoras consiguieron que las dolencias derivadas de su actividad pasaran a formar parte del cuadro de enfermedades de la Seguridad Social y, más recientemente, que la Xunta aporte dos millones de euros en ayudas que les permita cobra una pensión de jubilación.
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