Dos equipos de investigación, entre ellos un grupo español del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, resuelven limitaciones y eluden el riesgo del cáncer.
La reprogramación celular, la técnica que sortea la utilización de embriones en medicina regenerativa se encuentra más cerca de su utilización en pacientes. Las revistas «Cell» y «Cell Stem Cell» publican hoy varios estudios que allanan el terreno a la utilización de las células madre iPS o reprogramadas. Esas células tan especiales podrían ser el tratamiento de enfermedades incurables sin plantear dilemas éticos. Con ellas se podría contar con una fuente inagotable de neuronas, células musculares, de corazón... Pero antes la reprogramación celular debe resolver limitaciones técnicas y problemas de seguridad, como el riesgo de cáncer.
Las células reprogramadas se comportan como las embrionarias, para lo bueno y lo malo. Lo malo, en este caso, es que favorecen el crecimiento celular descontrolado y la aparición del cáncer. Para reprogramar las células, es decir transformar una célula de un pelo o un trozo de piel en una iPS, se recurre a virus que introducen genes. algunos son oncogenes que favorecen la aparición del cáncer.
Los científicos del Instituto alemán Max Planck han logrado hacer ese proceso sin ellos. Con esta maniobra, no sólo eluden el riesgo de cáncer sino que simplifican el proceso. Su investigación ha demostrado , por primera vez, que basta un único gen -Oct4- para realizar la reprogramación. Ese gen no sólo es esencial sino que también es suficiente para que las células adultas se comporten como las embrionarias.
La demostración la han realizado al intentar transformar células neuronales de ratón en iPS. Se trata de un avance importante porque el proceso para dar la vuelta al desarrollo biológico se podría lograr con un único gen. Con menos genes insertados en el genoma, se corren además menos riesgos. El estudio alemán se publica hoy en Cell.
Con firma españolaEl segundo estudio que elimina escollos tiene firma española. Liderado por María Blasco del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el grupo español describe en su estudio nuevas limitaciones y propone, al mismo tiempo, la solución para salvarlas. En concreto, han descubierto que el proceso de transformación de una célula IPS no se puede completar si existe de partida un déficit de telomerasa, la enzima de la inmortalidad.
El éxito de que una célula de la piel o de un cabello pueda transformarse en cualquier tipo celular dependería, entonces, del donante. Si esa persona de la que se tomará la muestra posee una mutación en la telomerasa como consecuencia de alguna enfermedad, no se producirá la reprogramación de forma correcta. Aunque se pudieran obtener células madre, éstas no serían pluripotentes ni por tanto útiles para la regeneración de un tejido.
Este problema se puede corregir en el laboratorio con facilidad. La solución estaría en introducir telomerasa en el proceso de generaciónde las células. Una tarea «relativamente fácil», asegura María Blasco. La investigación en la que también participan Rosa Marión y Katerina Strati se publica en «Cell Stem Cell».
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