29 enero 2009

Rabdomiólisis: las consecuencias del ejercicio excesivo o inadecuado


La rabdomiólisis es una afección caracterizada por la lesión de las células musculares que desencadenan una serie de alteraciones orgánicas que ponen en riesgo la vida. Puede suceder por causas hereditarias, pero también es importante saber que puede desarrollarse por un entrenamiento intenso y excesivo.

Entre las causas adquiridas se encuentran traumatismos musculares, ejercicio en exceso, golpe de calor, ingesta de fármacos o drogas, desequilibrios electrolíticos, irrigación sanguínea incorrecta, enfermedades infecciosas, entre otras. Lo que desde Vitónica destacamos es la relevancia de prevenir el desarrollo de la rabdomiólisis mediante la realización de ejercicios físicos controlados y en condiciones adecuadas.

La rabdomólisis se inicia por la lesión muscular con daño celular, lo cual ocasiona la liberación de su contenido al torrente sanguíneo, mientras que los elementos extracelulares ingresan al músculo. Así, el potasio, el magnesio el fósforo y el pigmento proteínico llamado mioglobina salen del músculo para alcanzar la sangre y su metabolización puede ocasionar grandes daños renales.

Además, los músculos no se encuentran en situación normal y ésto ocasiona síntomas muy heterogéneos que pueden ir desde el dolor muscular, la rigidez y calambres, hasta el malestar general, debilidad muscular y signos de deshidratación.

También puede presentarse fatiga, fiebre, dolor articular, hinchazón muscular y náuseas o vómitos. Si bien los síntomas pueden ser de escasa gravedad, las complicaciones más frecuentes pueden poner en riesgo la vida, como son la insuficiencia renal y las alteraciones cardíacas.

Es uan enfermedad que si bien afecta generalmente a pacientes con factores genéticos que predisponen a la misma, muchos deportistas pueden padecerla en su forma menos grave a causa de los esfuerzos físicos excesivamente intensos, por ejemplo, al entrenar con pesas o en corredores de maratón, a los cuales afecta sobre todo, en pantorrillas y espalda.

El ejercicio excesivo no sólo lesiona la estructura celular sino que vacía sus depósitos energéticos y altera el transporte celular, lo cual puede provocar la retención de calcio que activa las enzimas proteolíticas que destruyen las células y así, se inicia las alteraciones antes dichas.

Realizar actividad física de manera regular y en condiciones adecuadas, reduce el riesgo de desarrollar rabdomiólisis, pero si no se realiza con previo calentamiento, no se reponen las pérdidas adecuadamente o se realiza en exceso, puede desencadenarse la enfermedad.

Por eso, para prevenir este síndrome a causa del entrenamiento, es importante ejercitarse con regularidad, con técnicas adecuadas, con una intensidad que se incrementa gradualmente y a un ritmo que permita la recuperación muscular tras el esfuerzo. Asimismo, ingerir líquidos y reponer las pérdidas de electrolitos es indispensable para evitar su aparición.

Lo que repetimos muchas veces acerca de las condiciones de entrenamiento, no sólo puede evitar agujetas o calambres, sino que puede prevenir una enfermedad mucho más severa y riesgosa como es la rabdomiólisis.

Entonces, disfrutemos de los beneficios del ejercicio físico, realizándolo de forma segura y bajo condiciones adecuadas.

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