Aunque es cierto que últimamente la palabra Quiropráctica está siendo cada vez más sonada en nuestro país, esta ciencia es centenaria y originaria de Estados Unidos, donde millones de personas han visitado a los muchos quiroprácticos que ejercen allí desde su existencia. Para ejercer como quiropráctico es necesario estudiar la carrera en una facultad, asignatura pendiente que tenemos en España, puesto que todavía no existe una universidad donde se pueda estudiar esta especialidad.
En los últimos años se nos está planteando a los consumidores nuevas y diversas formas de mantener la salud. Aunque el hecho de centrarnos en la importancia del mantenimiento de la salud es algo positivo, tantas terapias nuevas pueden confundirnos e inducirnos a desconfiar de la procedencia de algo que desconocemos. Algunas terapias pueden considerarse modas pasajeras porque parece que cuando se conocen son milagrosas y, después de haberlas probado, mucha gente se cansa y vuelve al mismo estado anterior.
La Quiropráctica tiene cada vez más «adeptos» en nuestro país, ya que, además de aliviar y atajar dolencias, su objetivo principal es el de mantener y prevenir disfunciones de salud. Debido a ese propósito, nunca puede pasar de moda, al contrario, cada vez se está estableciendo más, puesto que decenas de miles de españoles han pasado alguna vez por la consulta de un quiropráctico.
Para saber si nos interesa acudir a uno de estos facultativos, debemos examinar nuestro estilo de vida y preguntarnos cómo queremos vivirla. ¿La aprovechamos bien o podemos todavía dar más de nosotros?
Por supuesto, para alcanzar nuestro máximo potencial necesitamos que nuestro organismo esté en buenas condiciones para afrontar todos nuestros retos, obligaciones y actividades cotidianas. El hecho de que un atleta se entrene todos los días, no significa que en las competiciones rinda al máximo. Por ello, un atleta o cualquier otro deportista profesional hace hincapié también en el estilo de vida que lleve fuera de la pista. Seguir una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y prepararse mentalmente para alcanzar su meta, son tan importantes como entrenarse diariamente.
Aunque la vida no es un deporte, sí es cierto que está llena de oportunidades, obligaciones y retos. El trabajo, los niños, el colegio, la familia y hasta las actividades de ocio requieren toda nuestra atención y entrega. Para ello, un factor imprescindible es disponer de un estado óptimo de salud. Bien es sabido que no tener buena salud trunca todas nuestras necesidades y obligaciones. Las bajas laborales, la falta de atención hacia los niños, una mínima relación familiar, los fracasos profesionales y prescindir de nuestros hobbies, son algunas de las consecuencias que debemos pagar si sufrimos enfermedades, molestias o cualquier otro problema de salud. Aun así y siendo conscientes de su caro precio, no lo consideramos un tema prioritario.
Definición de salud
Para comenzar a apreciar verdaderamente el mantenimiento de la salud, primero debemos preguntarnos qué entendemos por tener buena salud. Aunque la mayoría de personas creen que ello significa no tener dolencias ni enfermedades, el término abarca un concepto más amplio; según la OMS (Organización Mundial de la Salud), salud es un bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad o lesión.
Según esta definición, gran parte de la población piensa erróneamente. De hecho, se pueden sufrir enfermedades funcionales u orgánicas sin llegar a tener dolor o enfermedades definidas. El estreñimiento crónico o las menstruaciones irregulares no suelen ser consideradas enfermedades, pero son disfunciones y alteraciones en nuestro organismo que afectan, en menor o mayor grado, a nuestro estilo de vida. La depresión o la anorexia, en su primera fase, no demuestran molestias físicas y sin embargo, son problemas de salud.
Por lo tanto, mucha gente no está capacitada para determinar si su estado es óptimo basándose sólo en los síntomas.
Los cinco componentes de una buena salud
Debido al ritmo de vida actual es muy difícil llevar un estilo de vida que permita una salud perfecta (estrés, malas posturas, caídas, accidentes...), pero se puede favorecer mejorando algunos factores:
- Una dieta equilibrada.
- Práctica de ejercicio (estiramientos o yoga diariamente).
- Descanso y relajación.
- Actitud mental positiva (meditación).
- Funcionamiento correcto del organismo mediante un sistema nervioso sano.
Hay cada vez más publicaciones e información a nuestra disposición sobre los primeros cuatro componentes, lo que progresivamente nos hace más conscientes de ello e intentamos, dentro de lo que cabe, tenerlos más en cuenta.
Pero para tener en cuenta el último factor, un sistema nervioso sano, necesitamos la ayuda de un quiropráctico.
La Quiropráctica
Un doctor en Quiropráctica es un facultativo de atención primaria especializado en la columna vertebral y el sistema nervioso.
Cuando hablamos de sistema nervioso, no nos referimos únicamente a personas que se definen como nerviosas y en continua tensión emocional. El sistema nervioso está en cada ser humano como pieza fundamental en el funcionamiento del organismo. Es el que coordina y regula cada una de las partes que forma nuestro cuerpo —órganos, músculos, tejidos, glándulas y prácticamente todas las células de nuestro cuerpo—.
Forman parte del sistema nervioso:
- El cerebro. - La médula espinal - Los nervios.
El cerebro dirige al resto del cuerpo mediante impulsos mentales que viajan a través de la médula espinal y llegan a su destino mediante las terminaciones nerviosas (extendiéndose hasta el punto más remoto). Esta perfecta coordinación trabaja intensivamente sin descanso, incluso cuando estamos durmiendo, puesto que el cerebro inicia las acciones conscientes (ver, reír, hablar, movernos...) e inconscientes (respirar, descansar, hacer la digestión...).
Si en todo este proceso hay alguna interferencia que impida que los impulsos mentales lleguen a su destino, sin duda habrá una consecuencia negativa. Para evitar esto en lo máximo posible, la naturaleza nos provee de protección ósea: un cráneo para el cerebro y una columna vertebral para la médula espinal (los nervios salen por los forámenes de las vértebras), pero no son infalibles.
¿Qué puede causar interferencias en el sistema nervioso?
- Un problema en el cerebro, como un derrame o una parálisis, puede afectar a cualquier zona del cuerpo de manera muy evidente (restricción de movilidad, problemas al andar, secuelas en la vista y en el habla...).
- Un golpe o un accidente que daña gravemente la médula espinal puede causar invalidez permanente o incluso la muerte, puesto que corta tajantemente la información que lleva, proveniente del cerebro.
- Un «pinzamiento» del nervio (canal de impulsos mentales) provoca que la comunicación con el cerebro sea ineficiente, pudiendo causar numerosas y diversas consecuencias negativas.
¿Qué acarrea un pinzamiento?
Un pinzamiento, como se dice comúnmente, está provocado por el achicamiento del hueco por donde el nervio sale, lo que provoca irritación e inflamación de éste.
Una mala postura continuada, un movimiento repetitivo, un golpe o el estrés cotidiano, pueden ocasionar una desalineación, aun milimétrica, de alguna vértebra, disminuyendo su foramen, y por tanto, el espacio que debe utilizar el nervio. En términos quiroprácticos, se le denomina una subluxación vertebral y es una interferencia en el sistema nervioso. Según la vértebra que esté desalineada y el nervio que se encuentre irritado, afectará a una zona u otra del organismo.
Los efectos más comunes que suele demostrar una subluxación vertebral son:
- Sistema óseo-muscular: dolor de cabeza, cuello, entre los hombros, zona lumbar, hernia discal, escoliosis, ciática, lumbalgia...
- Sistema nervioso: pinchazos u hormigueos en manos o pies, desmayos, pérdida del tacto, mareos, depresión, nerviosismo, calambres...
- Sistema gastrointestinal: pérdida o aumento del apetito, náuseas, vómitos, estreñimiento, colitis, ardor, problemas de digestión, aerofagia...
- Sistema respiratorio y cardiovascular: dolor en el pecho, dificultad al respirar, alergias, asma, resfriados frecuentes, presión arterial alta o baja, mala circulación...
Como se habrá podido observar, algunos síntomas se relacionan evidentemente con la columna vertebral (ciática, dolor de cuello...) y otros no (tensión alta, alergias...); pero todos son señales de interferencias en el sistema nervioso.
Los únicos profesionales capacitados para localizar, analizar y corregir estas interferencias (subluxaciones vertebrales) son los licenciados en Quiropráctica. Son más conocidos por tener una eficacia del 98% contra el dolor de espalda, pero las personas que les visitan pueden presentar cualquier tipo de disfunción, ya que una alteración en el sistema nervioso no sólo puede provocar molestias en la columna.
En muchas ocasiones, existen subluxaciones vertebrales desde hace tiempo y no hay síntomas dolorosos. La mayoría de veces hay una degeneración progresiva de los nervios, huesos y tejidos antes que se noten molestias físicas.
Por ello, es importante no esperar a tener dolor o a que éste se haga crónico y la situación empeore.
Como dijo el famoso inventor Thomas Edison, «El doctor del futuro concienciará a sus pacientes en el cuidado del sistema óseo (ajustes quiroprácticos), dieta, causa (buscar la causa en el sistema nervioso y no enmascarar los síntomas con medicamentos) y prevención.»
Claudia Sandino, DC. Doctora en Quiropráctica
Centros quiroprácticos Salud Universal
2 comentarios:
pasando a saludar, espero te encuentres bien...
Hola Geraldine, me alegra verte, estoy un poquito mejor, poco a poco voy volviendo.
Un besito
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