04 diciembre 2008

Ciudadanos de Granada: Hipnosis contra el estrés

Un curso pionero en Granada ofrecerá las claves para dominar una disciplina con aplicaciones muy positivas sobre la salud de enfermos, inmunodeprimidos y profesionales del deporte.

La mente dirige las voluntades, objetivos y capacidades de los seres humanos. También resuelve problemas, los magnifica y hasta los crea si no funciona correctamente. Salva vidas y gestiona el combate contra las enfermedades. Su importancia justifica cualquier intervención para mejorar el mecanismo que la hace funcionar. Sin embargo, la gente cada vez se preocupa menos de ella.

“Esconde recursos que desconocemos, de vital importancia y que podríamos potenciar mediante estrategias adecuadas”, señala la doctora granadina Ana Acién, una de las colaboradoras del equipo de profesionales –psicólogos y médicos– que comenzarán a impartir dentro de tres semanas un completo y pionero taller de hipnosis, una oferta terapéutica muy interesante pero, por desgracia, poco habitual en estas latitudes.

El método ayuda, pero no hace milagros. “La magia no existe”. Es lo primero que remarca Acién. Más allá de estereotipos, mitos e informaciones incorrectas que tanto daño han hecho a los profesionales que trabajan en este campo desde hace décadas, –un área en la que, por cierto, se metió de lleno el gran Ramón y Cajal, según cuentan estos especialistas–, la hipnosis no es más que “un estado mental por el que se intensifican nuestras capacidades, potencialidades que ya poseemos, aunque no seamos conscientes de ello”, puntualiza Acién, quien aclara que “no es un estado que otra persona te induzca, si no que se trata de una situación a la que tu accedes, que alcanzas por ti mismo; por eso nunca puedes perder la voluntad. Nadie puede llegar a ser asesino o ladrón ni hacer nada en contra de sus principios por muy hipnotizado que se encuentre”.

Estos son, a su juicio, los “mitos erróneos de la disciplina”. Calidad de vida. “Permite llegar directamente al subconsciente, focalizar la mente hacia un sentido, lo que hace que la puedas derivar a lo que más te interese –aumento del rendimiento deportivo, estudio, relajación o en ignorar un dolor crónico en una situación de enfermedad, entre otras cosas–”, añade Ana. En definitiva, se trata de una herramienta para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, aunque para lograr resultados ha de haber mucho esfuerzo detrás.

Su camino es el cerebro, un gran desconocido aún en estos tiempos de ciencia y conocimiento. Se trata “prácticamente de un estado natural”. Para ilustrar esta afirmación, los expertos ponen como ejemplo el visionado de una película en el cine: “Las imágenes provienen de la luz que emite una máquina y el sonido de los altavoces, pero hay personas que se meten tanto en la historia que se olvidan de que es pura ficción. Lloran o se aterrorizan con lo que ocurre allí”.

La clave en este asunto es saber utilizar esta situación especial para lograr la meta planteada. Aunque las motivaciones para acercarse a este mundo y aprender la metodología son de lo más variado, Ana explica que en los cursos predominan los profesionales de la medicina o la psicología, que se sirven de ella en procesos clínicos.

Deja claro, en cualquier caso, que la hipnosis no resuelve sin más los problemas psíquicos o de salud de los pacientes: “A estos niveles, sólo un profesional de la medicina, con conocimientos profundos y experiencia en el área a la que se dedica, la puede aprovechar para reforzar y potenciar los resultados de sus terapias, acortar los tratamientos o reducir la medicación”. Acién confirma que, “en cirugías menores, incluso puede sustituir la aplicación de anestesia. Se ha utilizado con éxito en la colocación de marcapasos y, de igual manera, también en la extracción de piezas dentales. Anula el dolor”.

No todos los que aprenden la técnica lo hacen movidos por un fin profesional. En el ámbito de la autohipnosis, muchas personas se interesan por el aprendizaje para mejorar problemas particulares, fobias y situaciones de ansiedad y estrés que deterioran su existencia. En estos casos, la doctora Acién advierte que los resultados no se ven en dos días. “Se requiere mucha práctica y entrenamiento. Con una sesión de media hora no basta. Para que funcione, debemos invertir el correspondiente tiempo. La magia no existe, como tampoco los milagros”, concreta.

“La mente se acostumbra a seguir un camino. Ir por el sendero marcado, aunque se encuentre viciado, es lo simple, lo fácil. Cambiar estos mecanismos, requiere mucho esfuerzo. En esto es fundamental esta disciplina”, señala Ana. Sin duda, lo que más llama la atención son las aplicaciones. La lucha contra el cáncer es un buen ejemplo: “Es muy eficaz como terapia en el control del dolor agudo y crónico. Lógicamente, nunca va a sustituir un tratamiento farmacológico, pero mejora en gran medida toda la parte psicológica. También podemos hablar de la inmunidad mental. La gente que se encuentra deprimida presenta muchos problemas de salud. En este sentido, podemos trabajar la angustia, el estrés, la depresión, la ansiedad y otros aspectos que afectan a las defensas naturales del organismo”.

Pese al daño causado por espectáculos televisivos de segunda clase, la hipnosis es una disciplina muy seria, que se tiene en cuenta al máximo nivel: “En Inglaterra, hasta está cubierta por la Seguridad Social. En hospitales de Madrid, la contemplan dentro del protocolo contra el cáncer. Sirve para combatir el dolor que causa la fibromialgia y otras patologías similares. Con la máxima cautela, porque no quiere decir que las cure, pero las hace más llevaderas y permite una reducción en la cantidad de fármacos que se indican para estos casos”.

Los resultados son igualmente positivos cuando se trata de luchar contra las fobias. Guillermo Estrada forma parte del equipo de expertos que ha organizado el curso. Lleva 25 años en esto y una parte importante de su actividad se centra en la preparación de deportistas. Cuenta que su práctica le ha demostrado que la medalla de bronce está en lo físico, la de la plata en la técnica, pero la de oro sólo se consigue con la concentración de toda la energía de la mente.

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