26 noviembre 2008

Especialistas de la Unidad de Dolor denuncian «esperas de meses»


Afirman que esta situación se debe a la sobrecarga asistencial que sufren los anestesistas en quirófano Esta unidad atiende anualmente a más de 1.700 albaceteños Hay pacientes con una antigüedad superior a los quince años.


Si hay una experiencia capaz de mermar la calidad de vida de una persona, esa es el dolor. De hecho, el sufrimiento que provoca lleva a uno de cada seis pacientes a desear la muerte en los peores momentos. A pesar de todo, en Albacete se da la circunstancia de que los pacientes derivados a la Unidad de Dolor tienen que afrontar «varios meses de espera» para la primera consulta, salvo en las patologías muy severas. Así lo ponían de manifiesto a este diario en una entrevista los doctores Martín Arcas y Santiago Uña, especialistas en Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (CHUA).
La Unidad de Dolor atiende cada año a más de 1.700 pacientes, a los que devuelve, en la medida de lo posible, la paz. Y es que, aunque no todos los dolores se pueden calmar, cada día hay más avances. Precisamente, los doctores Arcas y Uña consideran que el futuro pasa por la coordinación y colaboración cada vez más estrecha con los médicos de Atención Primaria. Estos especialistas tienen la certeza de que una de las causas de las interminables listas de espera es «la sobrecarga asistencial que -afirmaron- nosotros como anestesiólogos también tenemos en quirófano».
No hay que olvidar que ya el Defensor del Pueblo, en un informe del año 2002, denunciaba que los pacientes con dolor crónico tenían que afrontar «un dilatado tiempo de espera» para llegar hasta un especialista en Castilla-La Mancha.
Aunque queda mucho camino por recorrer, la atención al paciente con dolor crónico ha mejorado en la provincia gracias a la Unidad de Medicina Paliativa, que se hace cargo del paciente oncológico terminal, y del Equipo de Dolor Crónico Músculo Esquelético, que se ocupa de la atención al enfermo de fibromialgia. No obstante, el doctor Arcas matizaba en este punto que lo que esperan los profesionales que, como él, se dedican al tratamiento del dolor crónico es «que la administración sanitaria no asuma como propia aquella famosa frase atribuida al doctor Bonica, padre de las primeras unidades de dolor en Estados Unidos, el dolor mejor tolerado es el de los demás».
Pero de dónde provienen los enfermos que llegan a la Unidad de Dolor. Pueden derivarse desde Atención Primaria, Traumatología, Neurocirugía, Neurología, Rehabilitación u Oncología. Todas las especialidades son importantes en el tratamiento del dolor, de ahí que, junto con los anestesistas, también sean fundamentales los psicólogos o el servicio de Rehabilitación. El 50% de los pacientes que llegan hasta las manos de los doctores Arcas y Uña son enfermos con patologías degenerativas, sobre todo a nivel de columna vertebral. Hay pacientes con patología cancerígena, con artrosis o con neuralgias como la del trigémino, uno de los dolores «más terribles que existen».
Difícil tratamiento
La respuesta contra el dolor es cada vez mejor, incluso se recurre a técnicas que antes sólo se utilizaban en el quirófano. Sin embargo, el doctor Arcas puntualizaba que hay dolores en los que se ven implicados mecanismos emocionales y psicológicos de difícil control. Así, el dolor agudo consecuencia de una operación se puede tornar inexistente en manos de un anestesista, pero hay dolores de columna de difícil tratamiento.
También pueden resultar frustrantes para los especialistas patologías como la fibromialgia o el síndrome del miembro fantasma, en el que personas que han sufrido una amputación sienten dolor en la extremidad que han perdido. Los anestesistas reconocen que, en muchos casos, la evaluación psicológica puede resultar fundamental «para ayudar al paciente a aprender técnicas de relajación». Además, en problemas como los de columna se pueden ver involucrados factores psicológicos, laborales y familiares que no hacen más que amplificar el dolor.
A este respecto, el doctor Uña explicó que para algunos investigadores el dolor crónico y la depresión comparten muchas características similares. Los pacientes con dolor crónico presentan cambios de humor repentino; están menos activos; permanecen largos periodos en la cama y suelen presentar rasgos similares a los de un paciente depresivo. «Aproximadamente, el 50% de los pacientes hospitalizados por depresión tienen dolor como síntoma destacado y alrededor de un 70% de los pacientes con dolor crónico presentan depresión secundaria a su cuadro».

No hay comentarios: