23 noviembre 2008

El temido cáncer de recto

En esta ocasión he querido abordar el tema de cáncer de recto en forma individual. Aunque cabe mencionar que el cáncer de recto se incluye dentro del cáncer colorrectal, es una entidad muy particular con síntomas diferentes al cáncer de colon.

Desafortunadamente, como en la mayoría de este tipo de enfermedades, no se puede determinar la causa exacta que la origina; sin embargo, hay situaciones que pueden estar relacionadas, tales como: dieta rica en carnes rojas y ahumadas, pobre ingesta de fibra en la dieta y otros, que también son compartidos con el cáncer de colon.

El recto y su unión con el colon, es decir, la porción conocida como colon recto-sigmoides, es el lugar donde se originan aproximadamente 85% de todos los tumores malignos de esa área. Por lo tanto, significa que están en una localización muy cercana al ano y deberían de ser más fácil de detectar en forma temprana, pero en la práctica no es así. ¿Por qué? Porque la mayoría de personas consulta en forma tardía, ya sea por ignorancia, por vergüenza o por automedicarse en las fases iniciales de la enfermedad.

El síntoma principal de la enfermedad es el sangrado, que puede ser de color rojo brillante o rojo oscuro, incluso con coágulos y esto dependerá de la altura del recto en donde se encuentre el tumor. Usualmente, el sangrado es indoloro, a excepción de los casos avanzados, en donde debido a su gran tamaño pueden afectar las estructuras musculares de la zona y causar dolor intenso. En los casos menos avanzados, el paciente tiene la sensación de tener ocupado el recto, aun cuando ya haya defecado, ya que el tumor en el recto ocupa un espacio y produce una falsa necesidad de defecar (síntoma llamado tenesmo). En casos terminales se puede extender tanto la tumoración proveniente del recto, que se puede salir a través del ano y dar la falsa impresión que se trata de un cáncer de ano.

El diagnóstico de esta enfermedad se hace mediante un estudio llamado Proctosigmoidoscopia (rígida o flexible) que se encarga de ver el interior del recto y colon sigmoides mediante la introducción de un instrumento endoscópico con una cámara donde se toma una muestra para biopsia. Este estudio se hace en la clínica del especialista coloproctólogo, no es doloroso, no necesita ningún tipo de anestesia, aunque la desventaja es que, si sale positivo, es necesario recurrir a una colonoscopia para ver la totalidad del colon, en busca de un cáncer en otro sitio del colon que esté ocurriendo al mismo tiempo. La colonoscopia es el estudio mediante el cual se introduce una cámara en el ano, y se hace mediante una sedación para no causar dolor. Cuando se hace el diagnóstico de cáncer de recto, la terapia a seguir es la cirugía radical para extirpar el tumor y otras estructuras adyacentes que también se ven afectadas por la enfermedad. Previo a la cirugía, se evalúa la necesidad de usar quimioterapia o radioterapia y esto va a depender del estadio en que se encuentre la enfermedad. Obviamente, mientras más temprano se detecte la enfermedad, mayor será el éxito y mejores serán los resultados de la terapia.

Desafortunadamente, la mortalidad de esta enfermedad es muy alta, y esto se debe principalmente a que la mayoría de personas con síntomas como los mencionados anteriormente no consultan o lo hacen en forma tardía. Usualmente, es porque cuando inicia el sangrado es atribuido a otra causa (generalmente a hemorroides) y se automedican, entonces al no ver mejoría consultan al especialista cuando la enfermedad está ya en una etapa avanzada.

Si usted, amigo lector, tiene alguno de los síntomas mencionados, le recomiendo consulte con su coloproctólogo para hacer una evaluación adecuada.

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