09 noviembre 2008

CUIDÁNDOSE LA GRIPE

Llegó el tiempo de frío y con él, los resfriados. Como cada año, es necesario prepararse para poder hacerle frente a esta molesta enfermedad que, de no cuidarse, puede llegar a complicarse.

Los más vulnerables: niños y adultos mayores
  • El frío y los cambios de temperatura suelen favorecer la aparición de enfermedades. Las afecciones respiratorias que trae consigo el otoño, en su mayoría, son de origen viral y en general la gripe se presenta bajo los serotipos A, B y C del virus de la influenza. De hecho, los médicos alertan que incluso durante el invierno, que es la época de epidemia, esta enfermedad puede afectar al 40 % de la población.
Según un informe de la Universidad de Buenos Aires (UBA), algunas afecciones, como el resfrío común, acarrean problemas menores para las personas. Otras, tal es el caso de la gripe, pueden ocasionar severas complicaciones.

Si bien la gripe puede aparecer a cualquier edad, son los niños más pequeños, las personas mayores y aquellos con determinadas afecciones los que tienen riesgo de sufrir complicaciones.

Las personas que padecen trastornos como la diabetes, el asma, las enfermedades respiratorias crónicas o la insuficiencia cardiaca deben tener un especial cuidado con los cambios de temperatura en esta época. Es con ellos con quienes los médicos deben estar más atentos y encontrar una adecuada prevención.

La más efectiva y segura forma de prevención de la gripe es la vacuna, que se debe administrar en los meses de otoño. La vacuna antigripal debe ser especialmente indicada a: mayores de 65 años, niños entre 6 meses y dos años de edad, personas con enfermedades cardiorrespiratorias, diabéticos, personas que padezcan enfermedades renales crónicas, y pacientes imunocomprometidos. También se la deben aplicar quienes trabajen en el ámbito de la salud.

La gripe, un enemigo

El poder devastador de esta enfermedad hace que pueda llegar a diseminarse y causar no sólo epidemias sino también pandemias, tales como las tres que hubo en el siglo XXI: la española (1918/ 19), la asiática (1957) y la de Hong Kong (1968). Estos acontecimientos terminaron con la vida de más de 30 millones de personas.

Debido a la habilidad para mutar, los virus de la gripe, son capaces de emerger y reemerger como "virus nuevos", con la posibilidad de diseminarse rápidamente en las poblaciones susceptibles (ancianos, niños y personas como afecciones cardiopulmonares), que pueden padecer complicaciones.

Tal como relató el doctor Luis E. R. Dajud, de la Dirección de Salud y Asistencia Social de la UBA, "el virus de la gripe se transmite principalmente mediante secreciones respiratorias, cuando las personas afectadas estornudan, tosen o hablan".

Al parecer, la forma de presentación clínica y la severidad de la gripe son amplias, de aparición súbita, con fiebre alta, escalofríos, dolores musculares y de cabeza, tos seca y decaimiento.

Tal como recordó este especialista, "entre las complicaciones respiratorias: se destaca la neumonía viral primaria, que puede aparecer durante los primeros días de la enfermedad, con importante tasa de mortalidad. Además, en el 30% de los pacientes con influenza, se observa bronquitis aguda".

Sin embargo, en adultos sanos produce anualmente una importante perdida de fuerza laboral. Estadísticas nacionales hablan de un ausentismo promedio de cinco días.

Para ello, los médicos aseguran que nada mejor que la vacuna, ya que es capaz de prevenir la enfermedad hasta en un 90% de los casos. La inmunidad adquirida mediante la vacuna inactivada persiste de diez a doce meses. Es la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) la que provee a los laboratorios, que fabrican las vacunas, la información de las cepas que deberán ser incorporadas.

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