22 noviembre 2008

28 años de cárcel para un hombre por violar y maltratar a una mujer enferma

El condenado tiene 74 años y vivía en casa de su víctima, de la que abusó durante más de dos Ella está en silla de ruedas y sufre fibromialgia severa.

Tres años por violencia habitual, quince por agresión sexual y diez más por abusos sexuales. En total, 28 años de cárcel. Es la pena que la Audiencia Provincial de Cáceres ha decidido imponer a Antonio S.R., de 74 años, que durante más de dos maltrató, agredió y abusó de la mujer con la que vivía, según detalla la sentencia recién dictada, contra la que cabe recurso ante el Tribunal Supremo.

El condenado y su víctima se conocieron en un club de alterne de Cáceres. En el año 2002, los dos acordaron irse a vivir juntos, a la casa de ella. Por entonces, la mujer ya tenía mala salud, con varios diagnósticos, el principal de ellos la fibromialgia (una enfermedad neuronal que ocasiona dolores crónicos) en grado severo. Durante los primeros meses de convivencia, Antonio la cuidó con cariño, hasta el punto de que la amistad inicial derivó en relaciones sexuales consentidas.

El dominio

Con el paso del tiempo, la salud de la mujer fue empeorando, sobre todo a partir del año 2005, cuando se ve obligada a moverse en silla de ruedas incluso dentro de casa. «El trato diario entre ella y Antonio fue empeorando-relata el capítulo de hechos probados-, habiendo asumido este último, poco a poco, todo el control sobre la mujer; él era el que disponía de la pensión de ésta, era el que la llevaba al médico-psiquiatra y permanecía con ella incluso dentro de la consulta, le ponía de manifiesto continuamente lo necesitada que estaba de él, que ella no servía para nada. Tenía las persianas bajadas del domicilio en pleno día, sólo podía comer y beber si este le facilitaba los alimentos, ya que era el que compraba y decidía si se comía y qué se comía, descuidando hasta el aseo de la mujer, llegando a golpearla y empujarla en algunas ocasiones si no se plegaba a las órdenes y deseos de éste».

Durante más de dos años -según especifica la sentencia-, el hombre abusó de la mujer. Y en ocasiones lo hizo aprovechando el estado de letargo en el que ella quedaba tras tomar ansiolíticos o morfina contra sus dolores. Esos padecimientos llegaron a un punto tal que ella decidió acudir a la sede cacereña de la Asociación de Fibromialgia. Y fueron los especialistas de este colectivo los que advirtieron que estaban ante el cuadro clínico propio de alguien que recibe maltrato. Informaron del caso a la Casa de la Mujer y así fue como el asunto acabó llegando a los tribunales.

Tras escuchar a las partes en el juicio celebrado el pasado día 10, la Sala considera «absolutamente convincente y sincera» la declaración de la víctima, y rechaza los argumentos de la defensa, que alegó que todo el relato de ella era una invención. Además del testimonio de la mujer, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha tenido en cuenta los criterios de varios especialistas que trataron a la afectada y apreciaron a las claras las consecuencias de los abusos y agresiones. Igualmente rechaza el argumento de que los dos se conocieran en un club de alterne, al considerarlo «absolutamente irrelevante» para la causa.

Lo que pedía el fiscal

De esta forma, el fallo atiende las peticiones del Ministerio Fiscal y la acusación particular. Esto es: tres años de prisión por el delito de violencia habitual, quince por el de agresión sexual continuada y diez por el de abusos sexuales continuados. En total, 28, a los que hay que sumar la privación del permiso de armas durante cinco años. Además, no podrá acercarse a ella en un radio inferior a quinientos metros durante 17 años y tampoco le está permitido comunicar con la mujer por ningún medio durante ese mismo periodo. Por último, tendrá que indemnizarla en 24.000 euros por los daños morales causados y pagar también las costas del proceso.

Su defensa tiene ahora la opción de recurrir ante el Tribunal Supremo. Una vez que la sentencia sea firme, el condenado estará obligado a cumplir su pena, aunque será el Reglamento Penitenciario quien aclare si debido a su edad puede acceder a que se le sustituya la pena privativa de libertad.

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