16 octubre 2008

EPIDEMIO-LÓGICA Colitis ulcerativa crónica inespecífica

En medicina toda terminación de un sustantivo que finalice en “itis” quiere decir inflamación. Colitis entonces es un término que se circunscribe al colon, que es la penúltima porción del intestino y que se inflama, generando una gran cantidad de problemas y malestares.

En México, la más frecuente es la producida por parásitos, dentro de la que sobresale Entamoeba histolytica, que si bien ha disminuido no deja de mantenerse en una forma perenne. En segundo lugar, la colitis que se incrementa en una manera impresionante es la vulgarmente conocida “colitis nerviosa”, que tiene poco que ver con los “nervios” y que se trata de un trastorno ocasionado por múltiples factores que, combinados, dan lugar a una serie de problemas que van desde dolores abdominales leves e intensos, abundantes gases, periodos alternados de diarrea, estreñimiento, o estos malestares en una presentación única. También es común la fatiga, presencia de moco y un malestar general indescriptible que siempre es incomprendido.

Pero hay otro tipo de enfermedad intestinal denominada Colitis Ulcerativa Crónica Inespecífica (que se abrevia generalmente como CUCI), generalmente mal diagnosticada, incorrectamente comprendida, poco conocida y de larga evolución. En el nombre de esta enfermedad se describen claramente sus características: Colon inflamado, que llega hasta la ulceración de la mucosa, de larga evolución y de causa desconocida. Pero ¿qué es la mucosa? El intestino está formado por una serie de capas denominadas, de afuera hacia dentro como serosa (en la porción que está expuesta con la cavidad abdominal) aunque también se denomina adventicia cuando integra su punto de unión con la siguiente capa, que es la muscular, que al contraerse y relajarse genera el movimiento que orienta el flujo de su contenido hacia el exterior. Luego existe una porción denominada submucosa, que con una capa muy delgada de músculo llamada muscularis mucosae finaliza con el elemento que al producir un moco brillante y que se regenera rápidamente, origina la última capa (mucosa). Aunque hay una gran variedad de teorías que tratan de explicar las causas de la CUCI, ninguna es plenamente satisfactoria. Por esta misma razón es una constante que los médicos acostumbren a decir erróneamente a los pacientes que se trata de una enfermedad incurable, pudiendo hacer énfasis en el hecho de que se trata de un problema de salud potencialmente controlable. ¿Por qué considero determinante esta postura?

Hablando en términos estrictos, ninguna enfermedad se puede resolver al 100 por ciento (tener un síndrome gripal hoy, no me asegura evitarlo para el año próximo); y por otro lado, la visión de un problema que se puede controlar genera menos angustia, tensión, miedo e intranquilidad que el ver a un médico que, cruzado de brazos, le quita toda esperanza a un enfermo. Pero dentro de todo el conocimiento que se ha generado alrededor de la CUCI está comprobado que el sistema inmunológico juega un papel relevante en su génesis. Esto ha condicionado alternativas para poder ofrecer opciones terapéuticas. La regla es la administración de antiinflamatorios e inmuno reguladores, es decir, sustancias que al tener un efecto sobre el sistema de defensa, pueden elevar la respuesta o disminuirla. Así, la piedra angular del tratamiento está constituida por uns sustancia denominada Ácido 5amino salicílico (que se abrevia como 5–ASA) que es similar a la aspirina y que se encuentra en una serie de medicamentos denominados sulfazalacina, mesalamina y mesalacina.

Luego se cuenta con antiinflamatorios esteroides o corticoesteroides, que tienen un efecto que puede calificarse como espectacular, pero deben ser de un uso limitado por sus efectos secundarios, condición que de ninguna manera representa un problema infranqueable, pues sabiéndolos utilizar, ofrecen un muy amplio margen de seguridad. Por último, el inmuno regulador, conocido como azatioprina, que se utiliza en los casos más graves y que por sus repercusiones colaterales debe ser usado por médicos que posean una amplia experiencia en su manejo, pero que a la larga puede sustituir incluso a los corticosteroides.

Como su diagnóstico es complejo no existen estadísticas plenamente confiables para poder valorar un panorama general; sin embargo, algunos autores plantean que su frecuencia va en aumento. Aunque se le ha considerado una entidad rara (de cuatro a 15 casos por cada 100 mil individuos), por lo molesto, lo costoso del seguimiento, la frecuencia de recaídas y la desesperación de quien la padece, constituye una enfermedad en la que el médico debe poner una especial atención. Una explicación clara del problema y una puntualización del abordaje, a través de medidas sencillas como corrección de hábitos y trato amable pueden ser mejores que la terapéutica agresiva y violenta, dura y extremista.

2 comentarios:

TONYS DISCO dijo...

Cree que pueda haber un tratamiento definitivo con las tan de moda celulas madre?

tashano dijo...

Tonys Disco,
Antes que nada darte la bienvenida a esta tu casa.... veras no soy medico, pero por mi enfermedad, estoy bastante metida ene este mundo,, yo no se si con las células madres, este problema tendrá solución, nadie mejor para informarte que tu medico, el es quien podría informarte bien.
De todas maneras espero que esto nos pueda servir, para todas las personas que tenemos algún tipo de enfermedad, que sea genético.

Un saludo