Nuevas pistas para entender cómo actúan las células madre musculares
- Los genes que activan las células embrionarias no son útiles en la fase adulta
- Esto tendría implicaciones para descubrir terapias celulares para las lesiones musculares
Tejido muscular de un ratón de cinco días de vida después de sufrir una lesión. (Foto: Christoph Lepper)
MADRID.- Las células madre no dejan de sorprender. Cuando los investigadores creían que conocían los genes que regulaban el comportamiento de las células madre musculares, una nueva investigación acaba de rebatir la teoría más extendida. Un trabajo publicado en las páginas de la revista 'Nature' ha demostrado que estos genes son distintos durante la fase embrionaria que después del nacimiento.
Hasta ahora se consideraba que eran Pax3 y Pax7 las dos piezas clave que regulaban la formación de las células madre musculares embrionarias, aquellas que dan lugar a todos los músculos del organismo. Sin embargo, y para muchos sorprendentemente, estos dos genes parecen ser totalmente 'inútiles' transcurridas tres semanas después del nacimiento.
Es decir, los mismos genes que regulan la formación de estas células 'maestras' durante la fase embrionaria (capaces de dar lugar a todos los tejidos del organismo), no participan en la creación de las células madre musculares adultas que se encargan de la reparación de los tejidos dañados. Como apuntan en el artículo los investigadores del Instituto Carnegie de Baltimore (EEUU), este descubrimiento podría tener importantes implicaciones si se quieren llegar a emplear algún día terapias celulares en la reparación de lesiones medulares o de patologías como la distrofia muscular.
Chirstoph Lepper, uno de los alumnos de doctorado que ha participado en este hallazgo, lo describe así: "Como ya sabíamos que Pax3 y Pax7 son necesarios para producir células madre musculares embrionarias, pensamos que también debían serlo en el caso de las adultas". Para su sorpresa, sin embargo, en los trabajos con ratones modificados genéticamente descubrieron que las células madre adultas eran capaces de activarse para reparar ciertas lesiones incluso aunque carecían de ambos genes.
Pluripotenciales
Las células madre embrionarias son las encargadas de dar lugar a todos los tejidos del organismo durante la gestación. En el caso de las adultas, se considera que estas precursoras existen en casi todos los tejidos humanos y que actúan como una especie de 'reserva' que acude a reparar y renovar las células que se van dañando o envejeciendo con el paso del tiempo.
En su experimento, el joven equipo de Baltimore, provocó lesiones a los animales en los músculos que unen la rodilla con el tobillo. Incluso careciendo de Pax3 y Pax7, las células madre adultas fueron capaces de autoregenerarse y crear nuevas células musculares destinadas a reparar la lesión. "Eso significa que las células madre adultas recapitulan", explica Eduardo Molina Holgado, coordinador de la Unidad de Neurología Experimental del Hospital Nacional de Parapléjicos; "que utilizan un programa genético totalmente distinto al de las embrionarias".
Según sus cálculos, también llevados a cabo con los animales, estos dos genes parecen ser importantes únicamente hasta la tercera semana después del nacimiento. Como si a partir de ese momento, el organismo recibiese la orden de inactivar estos genes 'embrionarios' y transfiriese sus tareas a otro grupo diferente de genes, que sólo se activarían cuando las células madre adultas tengan que intervenir para reparar una lesión. El siguiente paso, admiten, será identificar cuáles son estos interruptores.
Como concluye el doctor Chris Mason, profesor de Medicina Regenerativa del University College de Londres, este trabajo demuestra la importancia de seguir estudiando todos los tipos de células madre disponibles, tanto las adultas como las embrionarias o las llamadas iPS (células normales reprogramadas para darles características de embrionarias). "Igual que no hay un sólo 'medicamento mágico', tampoco hay una 'célula mágica' y única en el campo de la medicina regenerativa". Del trabajo se deduce, añade, que el descubrimiento de esa célula perfecta para curar enfermedades degenerativas está aún lejos de ser una realidad.
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