11 junio 2009

Dengue, el reto continúa


Cuba es un país libre de dengue y ello es posible gracias al sistema de salud con que cuenta, la voluntad política de las autoridades gubernamentales y la conciencia de la población.

Así lo manifestó la doctora María Guadalupe Guzmán, directora del Centro Colaborador de las Organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud (OPS-OMS) para el estudio del dengue, en el contexto del Congreso 70 Aniversario del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), recién concluido en La Habana.

El estricto control y prevención que se hace de la enfermedad y de su agente transmisor, el mosquito Aedes Aegypti, ha permitido lograr que Cuba sea la única nación del mundo en lograr detener la expansión, pues aunque se reportan casos, ninguno es autóctono, aseveró.

En el país se desarrollan investigaciones sobre los virus que circulan y se intercambia colaboración con otras regiones de América y el orbe en cuanto a asesoría médica, tratamiento, epidemiología e inmunología, agregó Guzmán.

Singapur y Malasia, dos naciones bien alejadas de Cuba, han reconocido nuestra experiencia en el tema, además han sido beneficiadas de nuestros conocimientos, apuntó.

El dengue es considerado hoy una de las enfermedades víricas de transmisión por vectores más importante en la región de las Américas.

En las décadas del 80 y 90 la dolencia se intensificó a nivel global, sin embargo, expertos aseguran que en la actualidad hay un resurgir de la afección con expansión en la distribución geográfica, tanto del vector como del virus causal.

También se reporta un aumento de la incidencia y frecuencia de la transmisión y emergencia de las formas severas.

El crecimiento de la población mundial, la urbanización no planificada, en especial en países pobres donde predominan viviendas precarias, el hacinamiento, el deterioro en los sistemas de suministro de agua, así como el espectacular aumento del volumen de residuos sólidos favorecen el incremento de ese padecimiento.

En los últimos años, la cifra de enfermos de dengue aumentó de manera creciente, con brotes epidémicos que se repiten cíclicamente cada tres a cinco años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que anualmente pueden producirse 50 millones de casos de dengue, y unos dos mil millones de personas (dos quintos de la población del planeta) corren el riesgo de contraer la infección.

Síntomas muy parecidos a los de la gripe común caracterizan esta enfermedad, como son la cefalea, fiebre, dolores musculares, retrooculares, y rash cutáneo.

En tanto, la forma hemorrágica, una complicación casi siempre grave, puede llevar a la muerte si no se atiende a tiempo.

Todavía no se ha aprobado ninguna vacuna contra el dengue. A pesar de algunos progresos, el desarrollo de una inmunización sigue siendo un reto, pues se necesita encontrar un antígeno efectivo y accesible que confiera al individuo inmunidad frente a los cuatro tipos de virus que existen.

Por ahora el único método de prevención y control de la dolencia es la lucha contra el vector, por lo que se impone intensificar las medidas de saneamiento.

Información adecuada, vigilancia epidemiológica, control de los niveles de infestación, higiene ambiental, eliminación de criaderos, constituyen la mejor manera de controlar y prevenir un mal presente en el hemisferio occidental desde hace muchos años.

El sector de la salud debe desempeñar un papel protagónico en la dirección de las campañas, detección temprana de los brotes y capacitación del personal médico para lograr un diagnóstico oportuno.

Sin embargo, la participación comunitaria constituye un elemento clave. Solo con el desempeño de los pobladores se pueden eliminar criaderos del vector, la mayoría de los cuales son producto de la acción humana.

Por tanto, se impone insistir en la necesidad de intensificar las medidas de control del mosquito, las que unidas a un diagnóstico precoz, reducirán las tasas de morbilidad y mortalidad por dengue y evitará posibles epidemias.

Fuente: Agencia Prensa Latina

No hay comentarios: