27 mayo 2009

Diversos medicamentos, y terapia cognitiva para tratar el dolor por fibromialgia


En una reciente entrevista, el doctor Manuel Rodríguez, Jefe de la Unidad de Dolor, Hospital Carlos Haya (Málaga) y presidente de la Sociedad Española del Dolor señalaba que la fibromialgia, entendida como una enfermedad caracterizada por un dolor muscular y articular difuso y que cambia con frecuencia de localización solo se puede diagnosticar en la actualidad mediante la realización de una historia clínica del paciente, sin que exista una prueba idónea e inequívoca.

Dado que además tampoco se conoce su etiología, en estos momentos no existe un modo de tratarla de una forma efectiva al ciento por ciento. Por ello se han probado muchos tratamientos, sin que ninguno que presente una mayor eficacia a la hora de evaluarlos. Se recomienda la administración de los antidepresivos, opioides débiles y se están utilizando (con eficacia en algunos casos) los anticonvulsivantes como la gabapentina. Pero el paso final definitivo aún no se ha dado. Por otra parte, hace ya tiempo que se sabe que Los pacientes con fibromialgia sometidos a programas de comportamiento cognitivo mejoran su capacidad funcional, según un reciente estudio publicado en OEJournal of Rheumatology‚ .Un grupo de pacientes fue sometido a terapias de seis horas, dirigidos por un experto en técnicas de comportamiento cognitivo (CBT), con el objetivo de mejorar su auto control y su capacidad para afrontar situaciones.

El monitor les ayudó a desarrollar su capacidad de relajación muscular, así como a incrementar su facultad de movimiento sin incrementar el dolor. Frente a este grupo, una segunda muestra de enfermos se sometió a otras técnicas más tradicionales basadas en un tratamiento estándar que incluía antidepresivos y analgésicos contra el dolor. Tras un año de estudio, los resultados demostraron una mejoría del 25% en los enfermos sometidos a terapias de CBT frente al 12% del segundo grupo.



EJERCICIOS.

Caminar a buen paso, trotar, montar en bicicleta, nadar, incluso bailar, esquiar (si no se padecen lesiones que lo hagan peligroso) caminar por el campo, realizar de forma suave el deporte que se ha practicado toda la vida, gimnasia y pesas ligeras, son buenos para mejorar los síntomas de una persona que padece FM. Se reduce el dolor, pero es que además mejora el humor y se accede a un sueño efectivo, que en los enfermos de FM es poco profundo y reparador.

HIGIENE POSTURAL.

Cualquier persona sufre un riesgo de dolor osteoarticular si no cuida la higiene postural. Esto es sentarse bien, no levantar pesos de forma inadecuada, evitar gestos y malas posiciones. El enfermo de FM, dado que probablemente posee un umbral mucho más bajo para la detección de sobrecargas y vicios posicionales, lo que se traduce en dolor, sufre las consecuencias de una mala higiene postural de una forma más grave que una persona ajena a esta enfermedad.

BAJAS LABORALES.

Una de las grandes frustraciones de las personas enfermas de FM es la incapacidad de (cada vez menos) algunos médicos en aceptar que existe un problema. Desde servicios de valoración de discapacidad del INSS se han iniciado estudios tendentes a demostrar con certeza que la persona que acude al médico con ese problema si realmente lo padece, puede llegar a ser acreedor de una baja laboral. Esta baja no siempre se concede.




Hay que moverse si de verdad se quiere vivir mejor

Y como va demostrando con cada vez más frecuencia la evidencia científica, moverse es mejor para quienes padecen determinado tipo de dolor osteoarticular, que no moverse, pese a que eso sea lo que pide el cuerpo. Lo demostrado para los dolores de espalda vale también para los casos de fibromialgia.

Los resultados de un estudio publicado en la revista 'Arthritis Care and Research' , consistentes en el desarrollo de un programa de actividad física basado en ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento alivia la fibromialgia. La investigación se llevó a cabo con 15 mujeres, durante cinco meses de programa. Realizaron paseos, ejercicios acuáticos, trabajo en máquinas, actividades de resistencia y levantamiento de pesas. Todas las participantes experimentaron una mejoría notable en todos los síntomas y se mostraban muy satisfechas con el tratamiento de su enfermedad. Es decir, al dolor se le combate con el ejercicio.

Aunque hacen falta trabajos más amplios, para los autores, del Instituto Harvard de Medicina (EEUU), queda claro que el ejercicio es fundamental en la terapia de la fibromialgia. Un ejercicio que jamás debe autoprescribirse y que debe ser siempre controlado y aconsejado por un profesional sanitario.


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