19 marzo 2009

Células madre y derecho a la vida. Réplica al ministro Barañao



La Plata (Buenos Aires), 17 Mar. 09 (AICA)

Investigación con células madres

Investigación con células madres

Es inexplicable que nuestro Ministro nada menos que de Ciencia, Luis Barañao, haya dicho que los embriones humanos no son seres humanos, sino un proyecto, un conjunto de células. Él, que es investigador en el tema, ignora ex profeso el resultado de las investigaciones del Proyecto Genoma Humano realizado por los 14 países más desarrollados del mundo y 2 laboratorios especializados, que tras 10 años de trabajo resolvieron dejar constancia de que la vida humana se inicia en la concepción. Esto no es una mera cuestión religiosa católica, sino el fruto de un trabajo científico avalado por los principales investigadores del mundo. Es una inmoralidad que afecta el Derecho a la inviolabilidad. De esta manera respondió el doctor Juan Carlos Caprile, médico especialista Magíster en Bioética, y profesor de Bioética en la Universidad Católica de La Plata, a las declaraciones de Barañao con motivo de la autorización del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de financiar la investigación con células madre.

El siguiente es el texto de la réplica del Dr. Caprile:

Las células madre y el derecho a la vida
El presidente de los Estados Unidos acaba de autorizar a financiar la investigación con células Madre. Estas pueden ser de dos tipos: embrionarias y adultas. Son células inicialmente no diferenciadas, pluripotentes que posteriormente al diferenciarse generan células cardíacas, cartílago, nerviosas, musculares, sanguíneas y otras, utilizándose para restituir las funciones específicas a los tejidos deteriorados por enfermedades como Diabetes, Parkinson, Alzehimer y otras. La extracción de dichas células se realiza por fecundación artificial destruyendo seis a ocho embriones descartados que tienen 5 a 7 días del inicio de su desarrollo como seres humanos ocurrido en la concepción in-vitro. Otra técnica es por clonación con similar procedimiento.

Ambas no solo tienen consecuencias biológicas sino que también constituyen una inmoralidad ya que se afecta el derecho a la inviolabilidad de la vida humana desde la concepción (así lo afirma la Constitución Argentina) utilizándola como materia orgánica desechable.

Es inexplicable que nuestro Ministro nada menos que de Ciencia, Técnica e Innovación Productiva, Luis Barañao, haya dicho que “los embriones humanos no son seres humanos, sino un proyecto, un conjunto de células”.

Él, que además es investigador en el tema, como tantas otras personas, avala la medida del presidente estadounidense ignorando u obviando ex profeso el reciente resultado de las investigaciones del Proyecto Genoma Humano, realizado por los 14 países más desarrollados del mundo y 2 laboratorios especializados.

Luego de 10 años de trabajo emitieron en junio de 2007 la resolución final en la que dejan constancia de que el ser humano tiene 27.000 genes y la vida humana se inicia en el momento de la concepción, cuando se produce el “contacto de membranas” y la penetración del espermatozoide en el óvulo.

Esto no es una mera cuestión religiosa católica, que coincide con este veredicto, sino el fruto de un trabajo de “Ciencia, Técnica e Innovación Productiva” avalada por los principales Investigadores del mundo.

Actualmente los adelantos científicos están logrando resultados aceptables al realizar intervenciones terapéuticas con células madre adultas.

Estas pueden ser de dos tipos: 1) las que dan origen a células propias de determinado tejido; y 2) las células madre, estaminales adultas que son pluripotentes, capaces de originar diversos tipos de células hemáticas, musculares y nerviosas.

En niños y adultos la extracción se hace del mesénquima de varios órganos y en el recién nacido de la sangre del cordón umbilical en el momento del parto. En la médula ósea forman toda la línea de las células sanguíneas (glóbulos rojos, blancos, plaquetas).

En pacientes pasibles de tratamientos con radiaciones y drogas anti cancerosas (quimioterapia) se las insertan al mismo individuo (autotransplante) reemplazando las dañadas, como por ejemplo en algunos tipos de leucemia.

También en tejido nervioso se desarrollan para formar neuronas y células productoras de mielina (glía). Igualmente ha sucedido con células musculares regenerando miocitos.

Además se han utilizado para evitar las complicaciones del rechazo inmunológico ya que se extraen y aplican en distintos seres humanos.

Actualmente se está investigando sobre ciertas células troncales de la sangre que pueden ser pluripotentes y generar células hepáticas para el tratamiento de enfermedades del hígado.

Sería más conveniente analizar biológica y moralmente (Bioética) la inversión de fondos económicos en profundizar estos últimos adelantos científicos que permiten avizorar un futuro más promisorio sin el costo de vidas humanas que destruye embriones obtenidos por fecundación artificial y clonación.

Hoy se puede decir que es la época en que más se habla de la defensa de los derechos humanos, pero también en la que más se los ataca sistemáticamente y aun en nombre del progreso. Los nuevos adelantos de la ciencia ayudan a diagnosticar y curar muchas enfermedades (cultura de la vida) pero en algunos casos ponen en grave riesgo su integridad, interviniendo en los procesos vitales no solo para facilitarlos sino para dominarlos (cultura de la muerte).

El embrión es un ser humano que debe ser respetado sin vulnerar su derecho a la vida, por la dignidad que se merece como persona constituída integralmente en forma física, psíquica y espiritual con un sentido de trascendencia.

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