Consultes Mèdiques Juaneda Ciutadella, en su continuo esfuerzo por mejorar la calidad asistencial de sus servicios y dotar al centro de los más innovadores procedimientos en cada una de las especialidades, ha incluido dentro del área de Fisioterapia una nueva técnica denominada Terapia Miofascial.
La fascia es un tipo de "envoltorio" compuesto principalmente de colágeno (tejido conjuntivo) que rodea en forma tridimensional los órganos de nuestro organismo, permitiendo, de esta manera, mantenerlos en su correcta posición. Además, el recorrido de la fascia es ininterrumpido, envolviendo todos los componentes del cuerpo humano, por lo que cualquier cambio estructural de la misma puede afectar a la función de otras partes del cuerpo.
Cuando se produce una lesión en el tejido blanco -generalmente provocada por golpes, vicios posturales, caídas, alteradas condiciones emocionales (stress) o intervenciones quirúrgicas- se produce una consecuente restricción miofascial. Esto provoca inflamación y/o dolor, que llevan a cambios degenerativos y con ello producen disfunción.
La terapia miofascial actúa, entre otros, sobre el sistema nervioso (central y periférico), el sistema músculo esquelético, el sistema vascular, el sistema linfático, el sistema endocrino, el sistema respiratorio y el sistema digestivo.
Consecuentemente, la terapia miofascial es una técnica nada agresiva y muy relajante que puede actuar tanto a nivel global (para contribuir al bienestar general de nuestro cuerpo) como a nivel local y que genera resultados muy positivos en enfermedades neurológicas como Parkinson o parálisis cerebral, en la fibromialgia, los dolores crónicos, la ansiedad, las cefaleas, los vértigos y las lumbalgias, entre otros.
La fascia es un tipo de "envoltorio" compuesto principalmente de colágeno (tejido conjuntivo) que rodea en forma tridimensional los órganos de nuestro organismo, permitiendo, de esta manera, mantenerlos en su correcta posición. Además, el recorrido de la fascia es ininterrumpido, envolviendo todos los componentes del cuerpo humano, por lo que cualquier cambio estructural de la misma puede afectar a la función de otras partes del cuerpo.
Cuando se produce una lesión en el tejido blanco -generalmente provocada por golpes, vicios posturales, caídas, alteradas condiciones emocionales (stress) o intervenciones quirúrgicas- se produce una consecuente restricción miofascial. Esto provoca inflamación y/o dolor, que llevan a cambios degenerativos y con ello producen disfunción.
La terapia miofascial actúa, entre otros, sobre el sistema nervioso (central y periférico), el sistema músculo esquelético, el sistema vascular, el sistema linfático, el sistema endocrino, el sistema respiratorio y el sistema digestivo.
Consecuentemente, la terapia miofascial es una técnica nada agresiva y muy relajante que puede actuar tanto a nivel global (para contribuir al bienestar general de nuestro cuerpo) como a nivel local y que genera resultados muy positivos en enfermedades neurológicas como Parkinson o parálisis cerebral, en la fibromialgia, los dolores crónicos, la ansiedad, las cefaleas, los vértigos y las lumbalgias, entre otros.
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