Se repite todos los años. Después del festejo corrido de diciembre, a mediados de enero aparecen los dolores de cuello,cabeza, espalda y cintura. Estos se suman al estrés, la depresión y a los resabios que dejaron los desajustes en la alimentación. Habitualmente, estos dolores están relacionados con el agotamiento generado por todo un año de trabajo, por poner en orden la casa y por el armado de las valijas para ir de vacaciones. El hecho es que la molestia en los músculos no sólo provoca malestar sino que también afecta la calidad y la cantidad del sueño, e incluso puede llegar a provocar alguna patología.
La postura
Es fundamental contar con la consulta médica para determinar la existencia o no de patologías que podrían ser las responsables de los dolores. Cumplida esa instancia, es importante prestar atención a la postura. Especialistas recomiendan no permanecer mucho tiempo sentado o manejando. Las personas que están muchas horas en el trabajo frente a una PC, por ejemplo, deben levantarse a estirar las piernas cada 30 minutos y estar un tiempo parados.
También es crucial sentarse en una silla confortable, con apoyabrazos y respaldo cómodo. Cuando se esté de pie hay que permanecer derechos, y se puede provechar esa pose para hacer algunos ejercicios de estiramiento. Para levantar objetos del suelo o cargar cosas pesadas, por ejemplo, no se debe doblar la cintura ni curvar la espalda. Lo ideal es sentarse en cuclillas y comenzar a levantar el peso realizando todo el movimiento desde el piso.
Para trasladar bolsos en un trayecto largo se deben alternar las manos para llevar la carga, el hombro y en definitiva el lado del cuerpo. Otra opción es parar cada tanto para descansar y comenzar todo el movimiento de nuevo.
Descansar en un colchón firme y respetar siempre la curvatura de la columna es otro aspecto importante.,
Es beneficioso adoptar un estilo de vida saludable, sin excesos y con actividad física. Aunque cada uno debe tomar conciencia acerca de las posibilidades que tiene para realizar ejercicios y evitar sobreexigencias que pueden poner en riesgo la salud de los músculos e incluso provocar trastornos traumatológicos.
Chequeo médico
Antes de iniciar cualquier actividad física hay que visitar al médico, quien realizará el chequeo clínico e indicará los estudios previos necesarios para establecer qué es lo que cada persona está en condiciones de hacer.
En una breve y muy acertada declaración, el médico K. H. Cooper define el ejercicio físico como "el método para poner más años en su vida y más vida en sus años". La mayoría de las personas pueden beneficiarse de realizar actividad física de forma regular. Muchos piensan que son demasiado viejos para empezar, otros, que su forma física ya es demasiado mala para intentar recuperarla. Obesidad, diabetes , o alguna discapacidad física, pueden ser las razones que desanimen al sujeto para comenzar a realizar actividad física. Pero en muchas ocasiones son simplemente la pereza, o las expectativas de fatiga y dolor las que impiden que ni siquiera llegue a intentarse.
Beneficios psicofísicos
Quienes llevan una vida físicamente activa benefician su salud: disminuyen el riesgo de mortalidad por males cardiovasculares; previenen la hipertensión arterial; reducen los triglicéridos y aumentan el colesterol HDL (bueno); mejoran el nivel de azúcar en sangre y tienen menos riesgo de sufrir diabetes tipo II. También mejoran la digestión; reducen el riesgo de cáncer de colon y aumentan la utilización de la grasa corporal. Además, mejoran la fuerza y la resistencia muscular, combaten los factores que permiten desarrollar enfermedades crónicas (sobre todo las cardiovasculares); mantienen la estructura y la función de las articulaciones. La actividad física ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño; a liberar tensiones, a combatir los síntomas de la ansiedad y de la depresión y mantiene optimista.
En forma graduada
“Lo más importante para el deportista ocasional es que tome conciencia de la importancia de graduar la práctica de ejercicio. Lo que más se sugiere a estas personas es realizar todos los días una actividad distinta de corta duración. A eso se le puede agregar un día en el que se realice una caminata para evitar el sobreesfuerzo que sufren los tendones de los músculos que están trabajando", recomienda Jorge Mastrangelo, jefe de Kinesiología del Hospital Austral.
Se fortalecen huesos y músculos
"Realizar actividad física de tipo aeróbica al menos 30 minutos, tres veces por semana, es beneficioso. Contribuye al fortalecimiento progresivo de los huesos y de los músculos que, cada vez, estarán más en forma", dice Fabio Massari, especialista en Metabolismo y director de Investigación del Instituto de Investigaciones Metabólicas (IDIM).
No hay comentarios:
Publicar un comentario