03 diciembre 2008

El dolor incomprendido

¿Ha experimentado rigidez matutina, cefalea, depresión, ansiedad, tensión, síntomas de colon irritable, parestesias diversas, sensación de debilidad, fatiga extrema y dificultad para dormir? Si responde sí, a la mayoría de éstas, es muy probable que tenga fibromialgia. Aunque es desconocida por muchos, esta enfermedad la padece entre el 3 y el 6 por ciento de la población mundial y es visto más comúnmente en individuos de entre 20 y 50 años.

Además, el paciente típico con fibromialgia es una mujer en edad reproductiva que acude al médico quejándose de dolores musculoesqueléticos generalizados, sin localización precisa. Las expresiones más frecuentes son: “me duele todo el cuerpo”, “me siento exhausta”, “duermo pero no siento que descanse”. Con menor frecuencia experimentan dismenorrea, dolor precordial, mareo, polaquiuria y resequedad de piel y mucosas.

Aunque las causas aún no han sido bien aclaradas, se piensa que puede estar causada o agravada por estrés físico o mental, traumatismo físico, exposición excesiva a humedad o frío, sueño deficiente o padecer una enfermedad reumática.Algunas teorías apuntan hacia una predisposición genética, destacando especialmente las investigaciones sobre el gen COMT y genes relacionados con la serotonina y la sustancia P. En muchos casos, los pacientes con fibromialgia presentan bajos niveles de serotonina y triptófano (neurotransmisores encarga-dos de la regulación del impulso nervioso), así como de elevados niveles de la sustancia P en el líquido cefalorraquídeo. También se ha hallado un bajo nivel de flujo sanguíneo a nivel de la región del tálamo del cerebro y anormalidades en la función de las citocinas.

Sin embargo se sabe que muchos de los casos empiezan después de hechos puntuales, como infecciones víricas o bacterianas, accidentes de automóvil, etc. La ansiedad y la depresión producida por alteraciones emocionales como: separación matrimonial, problemas con los hijos, pérdida de empleo, fracaso profesional, etc., y a la tristeza que se producen como reacción al malestar continuado que provoca la enfermedad. En ocasiones aparece después de tener enfermedades que debilitan el organismo tales como artritis reumatoide, lupus, aunque todo esto no parece que sea la causa, sino que despierta una anomalía oculta en la regulación de la capacidad de respuesta a determinados estímulos dolorosos. Para diagnosticar la fibromialgia, el médico debe valorar la historia clínica del enfermo, así como los síntomas, estudios y análisis.

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