La mirada perdida que Carmen pone en su hija mayor deja entrever que no la reconoce. Ni a ella, ni a ninguno de sus otros cuatro hijos. Ya apenas camina, le cuesta comer y no recuerda qué hizo este mañana. Hace ocho años le diagnosticaron Alzheimer. Lo mismo le ocurre a Jaime. Desde hace varios meses, este hombre de 70 años vive en una residencia. No sabe qué día es y, a veces, ni recuerda su nombre –por eso lo tiene puesto en una foto en su mesa de noche–. Era peluquero y lo único que le calma es pelar a una muñeca.
La enfermedad del olvido es la demencia más común; una enfermedad que en Sevilla padecen unas 15.000 personas y en la que se va degenerando progresivamente el funcionamiento neuronal. Desorientación, pérdida del lenguaje, de la memoria reciente, de movilidad... “Me di cuenta de que mi madre estaba mal cuando ni reaccionó a la muerte de mi padre”, explica su hija María José.
Desde el año 2000 hasta hace poco, esta mujer de 63 años ha cuidado de su madre. “Cuando empecé con los dolores por la fibromialgia y la fatiga crónica, ya no pude hacerme cargo de ella yo sola; así que ahora me ayuda una mujer”. Como Carmen, la mayoría de cuidadores de enfermos de Alzheimer –un 83%– son mujeres de 57 años de edad media; y, en la mayoría de las ocasiones, “tiene más de un miembro de la familia a su cargo”, tal y como apunta Carmen Mena, terapeuta de la Fundación Gerón.
Por ello, las administraciones públicas “nos facilitan el camino”. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Alzheimer de Andalucía, Josefa Rodríguez Castañeda, se mostraba así de satisfecha con las ayudas que les ofrecen desde la Junta y el Gobierno, y que, según explica, solicitan “casi el 90% de las familias de enfermos de Alzheimer”. Ayer se presentó la última de estas ayudas, que se incluye dentro del Plan Integral del Alzheimer, con motivo del Día Mundial del Alzheimer que se celebra mañana: unas tarjetas que permitirán identificar a los cuidadores de estos enfermos y que priorizarán a ambos en la atención del sistema sanitario público andaluz. A partir de octubre se repartirán 30.000 de estas tarjetas en las asociaciones de enfermos, en los centros de salud y en los hospitales.
“El papel del cuidador es fundamental para estos enfermos, por eso hay que garantizar que están bien, que están sanos”, explicaba ayer María Jesús Montero. En lo mismo coincide el neuropsicólogo de la Asociación Alzheimer Santa Elena, Manuel Ruiz-Adame, quien apunta que la cercanía de quien cuida al enfermo, normalmente la familia, es fundamental para el paciente: “Tener continuamente a una misma persona cuidándoles, dándoles cariño... les calma, les tranquiliza”. Ésta, y ciertas terapias con ejercicios mentales y físicos son de las pocas formas con la que se puede tratar a una persona que padezca esta enfermedad, ya que los tratamientos farmacológicos existentes hasta el momento son, tal y como explica Miguel Naranjo, director de una residencia con enfermos de Alzheimer, “sólo paliativos, retrasan los efectos, pero aún no hay cura”.
22 septiembre 2008
¿Y TU QUIEN ERES?
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