Esta es una carta para toda la gente, no es para las instituciones, ni para los médicos, ni para los políticos ni para el Gobierno.
Estas enfermedades nos están matando poco a poco, nos quitan nuestra vida, nuestra energía, nuestro humor, nos dejan sin nada. Hay que ponerse en nuestra piel para saber lo que llegamos a sufrir y pasar por culpa de ellas. Son invisibles porque aparentemente nuestro aspecto es normal, pero el sufrimiento va por dentro, el cansancio tan brutal que no te deja ni siquiera hacer el esfuerzo de moverte de la cama porque parece que lleves kilos encima; el dolor que llega a ser insoportable y siempre diferente; no saber qué vas a poder hacer al cabo de un hora porque te viene un bajón cuando menos te lo esperas. No puedes hacer prácticamente nada porque después te pasa factura y si en algún momento te encuentras un poco bien, quieres aprovechar el tiempo perdido y luego es peor porque el bajón ya es enorme.
No queremos que las personas que nos rodean nos digan lo que debemos hacer y menos cuando no saben ni se interesan por lo que es nuestra enfermedad, siempre saben más que los médicos y no entienden ni quieren saber cómo te encuentras o cómo te sientes y ya estamos hartos de dar explicaciones que no sirven para nada. Lo que necesitamos es que nuestras enfermedades se den a conocer al público, a la gente de la calle, porque cada vez somos más los que estamos mal, que sepan diferenciar lo que es cada enfermedad, porque las tres son DIFERENTES, cada una tiene lo suyo, sus remedios y sus complicaciones.
Esta es una carta desesperada de muchas personas que se sienten como yo y que queremos hacer más pero no podemos, que no somos gandules, somos inquietos y queremos hacer muchas cosas, pero esta enfermedad no nos deja.
Por favor, que se expliquen bien claras
estas enfermedades a todo el mundo, que las sepan distinguir y no las engloben en una porque son TRES.
Estas enfermedades nos están matando poco a poco, nos quitan nuestra vida, nuestra energía, nuestro humor, nos dejan sin nada. Hay que ponerse en nuestra piel para saber lo que llegamos a sufrir y pasar por culpa de ellas. Son invisibles porque aparentemente nuestro aspecto es normal, pero el sufrimiento va por dentro, el cansancio tan brutal que no te deja ni siquiera hacer el esfuerzo de moverte de la cama porque parece que lleves kilos encima; el dolor que llega a ser insoportable y siempre diferente; no saber qué vas a poder hacer al cabo de un hora porque te viene un bajón cuando menos te lo esperas. No puedes hacer prácticamente nada porque después te pasa factura y si en algún momento te encuentras un poco bien, quieres aprovechar el tiempo perdido y luego es peor porque el bajón ya es enorme.
No queremos que las personas que nos rodean nos digan lo que debemos hacer y menos cuando no saben ni se interesan por lo que es nuestra enfermedad, siempre saben más que los médicos y no entienden ni quieren saber cómo te encuentras o cómo te sientes y ya estamos hartos de dar explicaciones que no sirven para nada. Lo que necesitamos es que nuestras enfermedades se den a conocer al público, a la gente de la calle, porque cada vez somos más los que estamos mal, que sepan diferenciar lo que es cada enfermedad, porque las tres son DIFERENTES, cada una tiene lo suyo, sus remedios y sus complicaciones.
Esta es una carta desesperada de muchas personas que se sienten como yo y que queremos hacer más pero no podemos, que no somos gandules, somos inquietos y queremos hacer muchas cosas, pero esta enfermedad no nos deja.
Por favor, que se expliquen bien claras
estas enfermedades a todo el mundo, que las sepan distinguir y no las engloben en una porque son TRES.
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