Es difícil saber el número exacto de enfermos de Parkinson que existen, pero se calcula que lo padecen entre 100 y 200 personas por cada 100.000 habitantes. En Málaga, la unidad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Carlos Haya se ocupa actualmente de unos 400 pacientes, y la atención no se limita exclusivamente a ofrecer tratamiento, sino que hay todo un equipo multidisciplinar que también trabaja a nivel afectivo con el enfermo. Su responsable desde hace dos años y medio es el doctor Mariano Bravo, jefe de sección del Servicio de Neurología. Al año se detectan alrededor de 40 nuevos casos.
El Parkinson es la patología más frecuente, pero no la única. La unidad trata a personas que tienen movimientos anormales. Por ejemplo, el Parkinson se caracteriza por el temblor, la rigidez en los miembros o la dificultad para moverlos, además de inestabilidad en la marcha si la enfermedad se encuentra en una fase más avanzada. También puede afectar al lenguaje. Pero otras patologías del grupo se caracterizan por todo lo contrario. Es el caso de la Corea, con la que surgen los conocidos tics, movimientos muy rápidos: contorsiones de la cara, subida y bajada de los hombros o extensión de los dedos de pies y manos.
Aunque se dan casos puntuales entre jóvenes, el Parkinson se manifiesta sobre todo a partir de los 50 años. De hecho, se ha detectado un aumento de enfermos debido al envejecimiento de la población. Afecta por igual a hombres y mujeres, aunque hay más casos entre los varones.
Su origen es desconocido y surge por la pérdida gradual de la dopamina, un neurotransmisor del cerebro relacionado con el movimiento muscular. Según el doctor Bravo, su origen se ha vinculado a factores genéticos e incluso ambientales, se relaciona la enfermedad con el ambiente rural, aunque precisa que son "especulaciones" y que no hay nada definitivo sobre la fuente de la enfermedad.
¿Es fácil detectarlo? "Es complicado saber que se padece; una persona se puede quejar de dolor, andar mal y pensar que tiene artrosis, se confunde con frecuencia". El Parkinson que se inicia con temblor es más sencillo de detectar; si empieza con rigidez o lentitud de movimientos, es más complicado. "Avanza poco a poco, el proceso es lento, y aunque el enfermo se encuentra mal, no sabe lo que le pasa".
La unidad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Carlos Haya es la cuarta del Servicio de Neurología, tras las de Esclerosis Múltiple, Demencia e Ictus. Los pacientes estables son atendidos un par de veces al año, y cuando el deterioro es mayor, las visitas se repiten tres y cuatro veces. "Y la línea de teléfono está siempre abierta", precisa el doctor, que aconseja a los pacientes y familiares ponerse en contacto con la Asociación de Parkinson de Málaga. La atención es integral y está en manos de un equipo multidisciplinar con personal de enfermería, neuropsicología y neurología, además de la participación de especialidades como rehabilitación e, indirectamente, radiología y medicina nuclear.
El equipo que dirige el doctor Bravo participa en ensayos clínicos a nivel internacional para probar nuevos fármacos. Es lo inmediato para combatir la enfermedad. El tratamiento fundamental es la levodopa, aunque se buscan alternativas para retrasar su prescripción, ya que pueden aparecer efectos secundarios cuando el paciente lleva años tomándolo. Además de la vía oral, el medicamento se puede administrar a través de parches o directamente por medio de una sonda.
El estudio de fármacos es continuo. "Habría que conseguir un tratamiento para intentar diagnosticarlo muy precozmente, al inicio de los síntomas o incluso antes, y así poder pararlo", apunta el doctor Bravo. Se buscan soluciones en otros campos de investigación, pero "aún estamos en pañales". Se realizan estudios con células madre y con terapia génica, aunque aún queda mucho camino que recorrer.
Más información: Asociación de Enfermos de Parkinson de Málaga. Calle Malasaña, 25. Teléfono: 952 10 30 27La unidad de Parkinson del Carlos Haya detecta 40 casos nuevos al año · La enfermedad tiene poco a poco más presencia por el envejecimiento de la población
El Parkinson es la patología más frecuente, pero no la única. La unidad trata a personas que tienen movimientos anormales. Por ejemplo, el Parkinson se caracteriza por el temblor, la rigidez en los miembros o la dificultad para moverlos, además de inestabilidad en la marcha si la enfermedad se encuentra en una fase más avanzada. También puede afectar al lenguaje. Pero otras patologías del grupo se caracterizan por todo lo contrario. Es el caso de la Corea, con la que surgen los conocidos tics, movimientos muy rápidos: contorsiones de la cara, subida y bajada de los hombros o extensión de los dedos de pies y manos.
Aunque se dan casos puntuales entre jóvenes, el Parkinson se manifiesta sobre todo a partir de los 50 años. De hecho, se ha detectado un aumento de enfermos debido al envejecimiento de la población. Afecta por igual a hombres y mujeres, aunque hay más casos entre los varones.
Su origen es desconocido y surge por la pérdida gradual de la dopamina, un neurotransmisor del cerebro relacionado con el movimiento muscular. Según el doctor Bravo, su origen se ha vinculado a factores genéticos e incluso ambientales, se relaciona la enfermedad con el ambiente rural, aunque precisa que son "especulaciones" y que no hay nada definitivo sobre la fuente de la enfermedad.
¿Es fácil detectarlo? "Es complicado saber que se padece; una persona se puede quejar de dolor, andar mal y pensar que tiene artrosis, se confunde con frecuencia". El Parkinson que se inicia con temblor es más sencillo de detectar; si empieza con rigidez o lentitud de movimientos, es más complicado. "Avanza poco a poco, el proceso es lento, y aunque el enfermo se encuentra mal, no sabe lo que le pasa".
La unidad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Carlos Haya es la cuarta del Servicio de Neurología, tras las de Esclerosis Múltiple, Demencia e Ictus. Los pacientes estables son atendidos un par de veces al año, y cuando el deterioro es mayor, las visitas se repiten tres y cuatro veces. "Y la línea de teléfono está siempre abierta", precisa el doctor, que aconseja a los pacientes y familiares ponerse en contacto con la Asociación de Parkinson de Málaga. La atención es integral y está en manos de un equipo multidisciplinar con personal de enfermería, neuropsicología y neurología, además de la participación de especialidades como rehabilitación e, indirectamente, radiología y medicina nuclear.
El equipo que dirige el doctor Bravo participa en ensayos clínicos a nivel internacional para probar nuevos fármacos. Es lo inmediato para combatir la enfermedad. El tratamiento fundamental es la levodopa, aunque se buscan alternativas para retrasar su prescripción, ya que pueden aparecer efectos secundarios cuando el paciente lleva años tomándolo. Además de la vía oral, el medicamento se puede administrar a través de parches o directamente por medio de una sonda.
El estudio de fármacos es continuo. "Habría que conseguir un tratamiento para intentar diagnosticarlo muy precozmente, al inicio de los síntomas o incluso antes, y así poder pararlo", apunta el doctor Bravo. Se buscan soluciones en otros campos de investigación, pero "aún estamos en pañales". Se realizan estudios con células madre y con terapia génica, aunque aún queda mucho camino que recorrer.
Más información: Asociación de Enfermos de Parkinson de Málaga. Calle Malasaña, 25. Teléfono: 952 10 30 27La unidad de Parkinson del Carlos Haya detecta 40 casos nuevos al año · La enfermedad tiene poco a poco más presencia por el envejecimiento de la población
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