La fibromialgia es un reto para la medicina actual, ya que la enfermedad continua sumando víctimas y aún se desconoce con exactitud su causa y un tratamiento altamente efectivo que pueda frenar sus síntomas.
Un nueva teoría podría colaborar en el control de la fibromialgia y mejorar la calidad de vida de los afectados, ya que postula que el exceso de oxidantes en el organismo afectaría a los tejidos pudiendo ser responsable de la enfermedad.
El peroxinitrito, un potente oxidante derivado del oxido nítrico podría intervenir en el desarrollo de la fibromialgia cuando el cuerpo se encuentra expuesto a elementos “estresores” como pueden ser las infecciones, sustancias químicas, traumas físicos o estrés psicológico.
Cada uno de estos estresores incrementa el nivel de oxido nítrico y es ahí donde puede comenzarse el desarrollo de la fibromialgia.
Esta teoría podría explicar por qué las personas afectadas a menudo padecen síntomas diferentes, ya que los oxidantes actúan a nivel local debido a su corta vida que no les permite desplazarse muy lejos y pueden afectar diversos tejidos dependiendo del lugar donde se producen.
Es decir, una persona con fibromialgia puede manifestar cefaleas, mientras que otra no, pero también pueden sentir al mismo tiempo, fatiga crónica y dolor muscular generalizado.
Por las explicaciones anteriores, se piensa que los antioxidantes podrían ayudar grandemente en la reducción de los síntomas de la fibromialgia.
La mayoría de los antioxidantes los podemos obtener en los alimentos, como es el caso de la vitamina C, el selenio, la vitamina E, los carotenos, los flavonoides, el magnesio y demás. Pero también, podrían resultar útiles en los afectados los suplementos antioxidantes para contrarrestar el alto nivel de oxidantes del organismo.
La teoría aún debe someterse a prueba, pero la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes resulta igualmente beneficiosa para los pacientes con fibromialgia al permitir mayor vitalidad, menor dolor muscular y mejor estado de ánimo.
Asimismo, la ejercitación física regular puede reducir los síntomas o prevenir la enfermedad. Por lo tanto, llevar una dieta sana, rica en frutas, verduras, cereales integrales y lácteos puede contribuir a su tratamiento que tanto anhelan los afectados, quienes sufren a diario su sintomatología.
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