25 julio 2008

ANSIEDAD

La ansiedad puede ser simplemente un síntoma que traduce una sensación de inquietud o de nerviosismo de la persona y puede llegar a constituir un trastorno psiquiátrico. Hay una gran cantidad de gradaciones y muchos trastornos incluidos dentro de lo que llamamos trastornos de ansiedad, pero puede aparecer una ansiedad aislada en personas que no sufren ningún trastorno. A veces, los pacientes depresivos no sólo están tristes, hipoactivos o con poco dinamismo sino que también tienen manifestaciones de ansiedad. Generalmente, suelen ser manifestaciones de ansiedad somática, que son molestias en diferentes partes del organismo que el paciente a veces confunde y que cree que son enfermedades de otro origen.


Descripción de la Ansiedad

La ansiedad es unos tipos de manifestaciones que, aunque se tratan cuando son enfermizas, son un repertorio de adaptación del ser humano, es decir, la respuesta ante cualquier amenaza. Cualquier estímulo externo suscita en nosotros una conducta adaptativa y cuando se percibe como amenazante y reaccionamos con un exceso de malestar y preocupación, se llama ansiedad. Se distingue porque hay manifestaciones físicas como palpitaciones, manifestaciones de tipo mental como sensación de estrechez, de angostura, de malestar; esto es lo que habitualmente llega a la consulta.

Desde que somos seres vivos, hace millones de años, estamos en contacto con un entorno que no siempre nos es favorable, sino hostil y hemos de tener unos recursos para que la batalla con el entorno no sea negativa. Han ido evolucionando aquellas especies que más mecanismos de defensa hayan desarrollado. El ser humano, después de millones de años, tiene el armario lleno de estímulos que podrían producir amenazas pero que ya no lo hacen; por ejemplo, los lugares cerrados y estrechos, cuando se vivía en cuevas esto era muy importante, pero hoy en día no es preciso. La patología consiste en que algo que ha sido crucial para la especie, ya no tienen sentido

Síntomas de la ansiedad

La ansiedad y preocupación se asocian a 3 o más de los siguientes síntomas:

- Fatigabilidad
- Nerviosismo, inquietud o impaciencia
- Dificultad para concentrarse
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Dolor de cabeza
- Movimiento de las piernas
- Incapacidad para relajarse
- Dificultad para conciliar o mantener el sueño
- Sudoración
- Palpitaciones o taquicardia
- Problemas gastrointestinales o sequedad de boca
- Mareos
- Hiperventilación

La angustia torácica, las palpitaciones o las dificultades para respirar son síntomas que padece un paciente con ansiedad; los que lo padecen se sienten incomprendidos o poco escuchados.

La ansiedad a veces tiene una relación directa con una situación estresante para una persona y ante una situación difícil pueden aparecer manifestaciones de ansiedad, los estudiantes antes de entrar en un examen por ejemplo. O ansiedad ante situaciones mucho más graves, enfermedad de una persona querida, situaciones de catástrofe, en todas aquellas situaciones que producen una sensación de temor. Pero eso es una respuesta normal del individuo. Cuando se trata de un trastorno, los mecanismo de ansiedad se disparan sin que exista nada amenazante; tienen la sensación de que les va a ocurrir algo muy malo sin que haya ningún factor externo que lo justifique.

En crisis de angustia o de pánico, el paciente tiene una gran cantidad de síntomas físicos, palpitaciones, dolor en el pecho..., y nota que eso es algo que le puede provocar la muerte. Las personas que han tenido un infarto de miocardio y una crisis de ansiedad, aseguran que la crisis de ansiedad es mucho peor.

Se habla de angustia o de pánico cuando esto aparece de forma repentina en forma de crisis y acompañado de muchos síntomas somáticos. Se habla de ansiedad en una situación más permanente, de temor, de inquietud. La angustia casi siempre tiene una relación más corporal.

Es un trastorno bastante frecuente, un 10% de la población en general, a lo largo de su vida puede tener una crisis de angustia. Dentro de los trastornos de ansiedad están todas las fobias, con trastornos que se combinan entre ellos.

Muchas veces la gente confunde miedo con fobia; para hablar de fobia, la persona que tiene ese miedo tiene que tener conductas de evitación. Si uno tiene miedo a volar pero vuela, no tiene una fobia. La gente con una claustrofobia muy grave puede subir 14 pisos andando para no tener que coger el ascensor.

Diagnóstico de la ansiedad

Los diagnósticos de transtorno de ansiedad son tan fáciles que el propio enfermo muchas veces va con un supuesto diagnóstico y el médico de familia lo confirma fácilmente. A veces, la mayor parte de estos pacientes están tratados por los médicos de familia con buenos resultados y derivan a los psiquiatras los casos más complejos, que tienen dificultades de otros tipo y aquellos que han evolucionado con complicaciones como los que no han tratado a tiempo la ansiedad y se ha convertido en un problema depresivo.

Muchas veces si se va acompañado esto se alivia un poco. Para un psiquiatra es fácil diagnosticar una crisis de ansiedad, porque al ser médico puede discriminarlo de una crisis de hipoglucemia o de una crisis tiroidea o de otro tipo de problemas que pueden dar una sintomatología parecida; por otra parte, el psiquiatra conoce bien todo el cortejo de los otros síntomas y el manejo que hay que tener para tratar ese tipo de problemas. No es infrecuente que la persona, a parte de tener un ataque agudo de ansiedad, tenga una ansiedad crónica; básicamente sería una persona sufridora que siempre está preocupada por lo que va a ocurrir y además se acompaña de algún tipo de síntoma físico como la tensión muscular, problemas de sueño, problemas de dolores que van circulando por todo el cuerpo, fatigabilidad o incapacidad para concentrarse. Esto es un poco más difícil de diagnosticar porque fluctúa durante muchos años. La crisis de ansiedad se consulta en un 70%, pero la ansiedad crónica solo se consulta en un 4% por ansiedad, se consultan por muchas otras cosas.

Causas de la ansiedad

Se desconocen las causas que provocan por primera vez una crisis de ansiedad; hay una serie de mecanismos neuroquímicos, existen una serie de experiencias traumáticas de esa persona, en cada individuo los factores que la condicionan pueden ser diferentes. Pero como en la mayor parte de los trastornos psiquiátricos hay una interacción entre factores biológicos y factores psicológicos. Hay personas mucho más resistentes que otras; a veces, el que aparezcan esos síntomas de ansiedad también depende de las situaciones a las que nos tenemos que enfrentar. Ante una situación de grave catástrofe es más factible que más personas tengan reacciones y manifestaciones de ansiedad que no han tenido nunca en situaciones normales.

La patología se dispara por una conjunción de tres aspectos: primero hay una disposición genética; segundo hay un mecanismo cerebral de alarma que está especialmente sensible a muchos estímulos y hay la amígdala y una parte del lóbulo frontal y temporal que son bastante disparables y el tercero es que existen estímulos que han sido importantes para la especie y que se tira de la memoria para poner en marcha sus mecanismos.

Hay personas que delante de un superior ,de un público o de algunos entornos se les produce un cataclismo sin que ellos hallan hecho nada malo para que se produzca.

Las manifestaciones pueden ser abruptas que son las que vienen de golpe, en minutos y las que son más crónicas. En las abruptas, estas crisis son momentos particularmente incómodos y la persona siente palpitaciones, sacudidas en el corazón, sudoración, sensación de falta de aire, opresión o malestar torácico; a veces, mareos o sensación de irrealidad y, a menudo, con un intenso miedo a perder el control y miedo a morir o a que pase algo gravísimo. Todo esto es un ataque de pánico y es una experiencia de 5 a 10 minutos devastadora para la persona. El paciente queda con un malestar intenso y agotado. En aquel lugar donde se produce queda marcado para la persona y se produce una conducta de huída, de manera que si esto ha ocurrido en el metro, le costará mucho volver. Es muy importante que cuando esto ocurra se consulte a un profesional.

Tratamiento de la ansiedad

Sólo con pastillas no se resuelven los problemas de ansiedad y depresión. Se resuelven con pastillas, que son absolutamente necesarias, pero también se necesitan la psicoterapia, entender la enfermedad tanto el paciente como la familia.

Hay un viejo aforismo que dice: “ no se deprime quien quiere sino quien puede”. Para tener estas enfermedades, tanto un trastorno de ansiedad como una depresión, se necesita una susceptibilidad, una predisposición genética en el cerebro. Son personas que soportan muy mal el estrés; cuando están sometidas durante un tiempo largo a situaciones de estrés, que no hace falta que sean muy intensas sino continuada. Hay otras personas que sin estar sometidas a estrés, pero que lo han estado durante la infancia o en la adolescencia, presentan estos trastornos psiquiátricos.

En su cerebro hay una serie de alteraciones químicas, aunque también se ha demostrado que existen alteraciones celulares, incluso que en su cerebro el hipocampo disminuye de tamaño. En primer lugar, se debe reconocer que esas personas están enfermas y que se deben medicar y debe contar con la ayuda, la colaboración y la compresión de la familia y amigos. Cuando la medicación haga efecto, hay que lograr que desaparezcan todos los síntomas; una vez desaparecidos, se debe continuar tomando la medicación hasta 4 – 6 meses después. Si abandona la medicación antes, hay riesgo de recaida y entonces la enfermedad suele ser más feroz.

Las técnicas terapéuticas como recomposición de la persona, eliminar el miedo, recuperar la confianza; existen técnicas de carácter psicológico que suelen ser bastante útiles en estos casos y lo mejor es combinarlo con medicación que pueden eliminar los malestares agudos. Pero es muy importante que la persona recobre la confianza y eso ningún medicamento lo consigue, es un proceso psicológico. Es muy agradable ver cuando una persona puede eliminar el malestar bioquimicamente y puede recuperar su identidad. Eso hace que las personas estén incluso mejor que antes de la crisis.

Cuando se medica a una persona con ansiedad la respuesta es: “¿me quedaré enganchado al medicamento?”. Como buen sufridor, anticipa el desastre de ser adicto. Existen medicaciones muy útiles.

Parece ser que los antidepresivos consiguen que el circuito del miedo, de la amígdala, interfieren a nivel alto de la serotonina y de la neuroadrenalina, que son sustancias que regulan estos circuitos y hacen que la alarma no se dispare con tanta facilidad. No es el efecto de levantar el estado de ánimo, sino un efecto preventivo del mecanismo del miedo. Es casi imposible tener ataques de pánico cuando se toman antidepresivos.

La medicación no engancha pero no se pueden dejar bruscamente como no se deben dejar bruscamente los analgésicos, la cortisona y sus derivados, los medicamentos para la tensión arterial etc.

De todos los medicamentos que se utilizan en psiquiatría sólo pueden enganchar las benzodiazepinas, como el Valium, que se utilizan para la ansiedad; pero el tratamiento de la ansiedad no se basa en estos ansiolíticos sino con antidepresivos.

Los efectos secundarios son náuseas, vómitos y dolor de cabeza los primeros 15 días que desaparecen solos. Hay unos antidepresivos que repercuten, más o menos, sobre la líbido. En los hombre afecta con un retraso en la eyaculación o impotencia y con una disminución del deseo sexual en la mujeres. Con los nuevos antidepresivos no hay sequedad de boca.

Loa antidepresivos tardan entre 1 y 4 semanas en hacer efecto, pero los efectos indeseables pueden aparecer desde el primer día.

Las personas con un cuadro depresivo no tratado adecuadamente tienen una esperanza de vida de 10 a 15 años inferior a la población general. Una persona con ansiedad o depresión, tiene los procesos de inmunidad disminuidos, con lo cual son más propensos a coger infecciones, son los mayores consumidores de antibióticos, tienen muchas infecciones por hongos, herpes y la posibilidad de tener tumores es muy superior a la población en general.

La depresión está intimamente relacionada con el estrés. Dentro de los transtornos de ansiedad, existe el transtorno de pánico, con el miedo a estar en un sitio determinado. Y esto se trata con antidepresivos.

Este año va a salir un nuevo antidepresivo Valdoxan, que es un fármaco que actúa regulando los ciclos biológicos, que actua sobre los receptores de la melatonina. se continua investigando para encontrar mecanismos que actuen sobre los mecanismos del estrés.

Los especialistas utilizan la psicoterapia y los psicofármacos de carácter ansiolítico, en los que hay nuevos avances, y eso permite que en la actualidad hay un buen pronóstico para los enfermos de ansiedad.

Todas las técnicas para el tratamiento de la angustia, las técnicas psicoterápicas, son de ir enfrentándose progresivamente a las situaciones que provocan el temor. En eso consiste la terapia conductual que va enfrentando progresivamente al paciente con sus miedos.

Hay mucha gente que oculta síntomas, y que solamente cuando otra persona los comenta los reconoce. Hay fobias que son muy dificiles de saber si el individuo no las cuenta, por ser fobias a situaciones poco habituales, menos es menos probable que pase desapercibida la agorafobia, temor a salir o meterse en espacios donde haya mucha gente, en algunas personas llega a ser tan grave que se encierran en casa. La terapia consiste en hacer entrar al paciente en lugares con mucha gente, esto se llama desensibilización sistemática, ir por pasos.

No todos los pacientes deben tomar psicofármacos, a veces basta con las intervenciones psicológicas. Hay técnicas especificas para los diferentes transtornos de ansiedad que se pueden aplicar por cualquiera de los especialistas en salud mental o por el médico de familia. La clave es hacer tratamientos comprensivos pero centrados en cada uno de los pacientes. Muchas veces los pacientes son reacios a tomar fármacos, pero en el paso del tiempo se dan cuenta de el beneficio que les produce.

Incidencia de la ansiedad

Entre un 10% y un 20% de la población padecerá ansiedad a lo largo de su vida. La ansiedad es un problema muy prevalente, se estima que alcanza un 20 % de las visitas de psiquiatría. Hay más prevalencia de ansiedad de la que habia en el pasado porque los psiquiatras antes sólo se dedicaban a las enfermedades mentales graves; hoy en día son más cercanos.

Quién debe tratar la ansiedad

Si las manifestaciones de ansiedad se dan en el curso de un acontecimiento vital muy desfavorable, como una pérdida o una situación que conlleva mucho estrés, muchas veces basta con dejar pasar unos días y por si sólo el individuo tiene capacidad de adaptación. Pero si no es en el transcurso de algo a lo que se esté reaccionando o si las reacciones a un pequeño problema son muy desproporcionadas, deben ir al médico de familia. Los médicos de familia están muy bien preparados para afrontar casos de ansiedad, sobre todo si son leves o moderadas. Los médicos de familia deben derivar a un especialista, el psquiatra.

El testimonio de un paciente

La Asociación de Trastorno de Ansiedad se creó en el año 1995 y fué creada por una persona que padecía agorafobia. El señor Fermoso es presidente desde hace 10 años y desde entonces se mantienen grupos de ayuda mutua.

La agorafobia se relaciona al trastorno de pánico; no solamente es el miedo a espacios abiertos, sino también en los sitios donde la persona no tiene salida.

En un ataque de pánico, el paciente tiene la sensación de que se muere. El señor Fermoso lo padeció a los 13 años, en el baile del pueblo; tuvo la sensación de que debía ir urgentemente a casa ya que sentía que se moría.

Hay profesionales que entienden lo que ocurre cuando una persona padece un ataque de pánico ya que han tratado a muchas personas; pero cuando alguien pasa por esa situación se hace más sensible a lo que pueda estar pasándole a otra persona.

Las personas que quieran hacerse socios han de hacer llegar sus datos a la Asociación y se pagan 5 euros al mes. Además de grupos de ayuda mutua, hay actividades de ocio (cenas, talleres de fin de semana) y conocer personas afines, incluso han llegado a formarse 2 parejas. Cuando se organizan estas salidas se procura no hablar de la ansiedad, ya que para eso están los grupos de ayuda.

Un grupo de ayuda está basado en el ejemplo de Alcohólicos Anónimos; cada grupo tiene una metodología y que están coordinados por psicólogos y terapeutas voluntarios que hacen una labor de psicoeducación. Son reuniones que duran 2 horas y cada uno expresa como se siente en ese momento, se trabajan temas como la autoestima , la asertividad, la autoconfianza y el autoconocimiento; todo aquello que sea tema de crecimiento personal y técnicas cognitivoconductuales, que son las que más sirven para afrontar la mejora de los trastornos de ansiedad. Antes de irse, se fijan una especie de deberes para cumplir durante la semana, objetivos para afrontar situaciones que dan miedo ya que las fobias se curan así.

Hay una técnica llamada de inmersión que trata de afrontar los problemas de golpe (terapia de choque), pero puede ser contraproducente.

Las personas con fobia social tienen miedo a entrar en un bar porque creen que todo el mundo les está mirando. El señor Fermoso tiene fobia a escribir en público.

Las fobias no se explican porque se cree que no van a entenderse.

El señor Fermoso acumulaba un estrés muy importante por una situación familiar traumática y empezó a tener problemas de inseguridad. Comprobaba cada vez que pasaba una página si sólo había pasado una, para no perderse ninguna información, ya que tenía que acabar la carrera con buenas notas. Eso se denomina trastorno obsesivo compulsivo, tienen un ritual como mirar el gas para ver si está apagado, comprobar la puerta para ver si está bien cerrada o lavarse las manos. En la Asociación existe un paciente que se lava las manos con lejía 200 veces al día.

Lo que hay detrás de la ansiedad es miedo a una amenaza imaginaria. Cuando la amenaza es real el cuerpo tiene sus mecanismos de defensa, pero si es imaginario se convierte en un trastorno.

Las personas con trastorno obsesivo compulsivo tardan una media de 8 años para acudir al médico, con lo cual el trastorno ya está cronificado. A los primeros síntomas hay que acudir a un especialista ya que puede evolucionar. El miedo es como un fantasma, a medida que se le va dando poder se va alimentando.

Los grupos de ayuda son beneficiosos porque se obtiene información, se animan y apoyan los unos a los otros, se encuentra comprensión...

Los trastornos son cosas muy íntimas que cuesta contar, incluso a la pareja, por miedo a no ser comprendidos. Las personas con esta problemática tienen conducta de evitación, siempre acaban dando alguna excusa.

Al señor Fermoso le diagnosticaron hipocondría cuando fue al médico. Se sentía culpable por no poder hacer lo que los demás hacían.

La medicación suele ser antidepresivos y ansiolíticos y puede mejorar con la ayuda de las terapias. La medicina alternativa también puede ayudar, con la acupuntura, flores de Bach... también ayuda el hacer deporte, llevar una vida sana y sentirse querido.

Al menor síntoma se debe decir a quien sea. Cuando se trata de un niño hay que acercase a preguntarle; los casos de builling dan problemas de ansiedad ya que dan mucho miedo. A un niño que no come, que no ríe, que no se comporta como antes, se le deben acercar para preguntarle que le ocurre.

Otros consideraciones sobre la ansiedad

Se comprobó que las personas que padecían ataques de ansiedad también padecían hiperlaxitud; la gente con un exceso de colágeno que es un 15% de la población tiene mayor tendencia a padecer ataques de ansiedad. Ambos problemas están concentrados en un cromosoma que es el número 15.

Las personas con ansiedad tienen mayor percepción de olores y de temperaturas y una de las características que notan son los cambios de tiempo; los nocivos para ellos son los días antes de llover, el viento caliente de poniente del Mediterráneo o en el norte el viento del sur. En la depresión hay un cierto ritmo estacional; los pacientes con ansiedad notan cuando va a haber un cambio de tiempo.

Muchas personas con ansiedad encuentran alivio en el alcohol ya que influye en la corteza cerebral interfiriendo con el funcionamiento de los circuitos corticales y genera una cierta sedación. El problema radica en que cuando pasa el efecto del alcohol deben seguir bebiendo y eso genera complicaciones de adicción.

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