16 octubre 2008

Nace el primer «bebé medicamento» español, concebido para salvar a su hermano enfermo

La Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal que en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, dirige el doctor Guillermo Antiñolo Gil, ha logrado, en un único intento, que nazca en la capital de Andalucía el primer bebé de la comunidad autónoma libre de una enfermedad hereditaria completamente compatible con su hermano mayor. El avance científico se ha materializado y ello permitió a la consejera de Salud de la Junta, María Jesús Montero, hablar ayer ante numerosos médicos de «hito», «éxito» y «esperanza».
No era para menos. Javier nació el domingo con unas tremendas ganas de vivir y sobre todo con una enorme responsabilidad: la de dar esperanza a su hermano Andrés, de 6 años, que sufre una anemia congénita severa, llamada beta-Talasemia.
La valentía y la esperanza de sus padres van a permitir a Andrés, el mayor de sus hijos, llegar a viejo y a Javier, el pequeño, ayudar a su hermano a lograrlo. Los padres de esos dos niños, Soledad Puerta y Gabriel Mariscal «escucharon por televisión», en Algeciras, donde viven, que existía una posibilidad para su pequeño Andrés. Optaron entonces por el diagnóstico genético preimplantatorio, técnica que les ha permitido concebir y tener un hijo sano y, con un idéntico perfil de histocompatibilidad (HLA) o lo que es lo mismo, han tenido el mejor donante para su hermano.
Obstáculos
Como dijo ayer la consejera de Salud, es la primera vez que ese tratamiento y procedimiento se realiza íntegramente en España con el fin de evitar una enfermedad hereditaria y además con la mejor compatibilidad. Otras parejas españolas también han pasado por el mismo proceso con éxito, pero han tenido que acudir a otros centros de reproducción fuera del país. Este es el caso de Izel, una niña nacida el año pasado en Barcelona que también fue concebida para intentar curar a su hermana. Su caso fue desestimado en España y sus padres se trasladaron a Bruselas para realizar el tratamiento. En la Comunidad valenciana se han logrado varios embarazos por esta vía pero la gestación no ha llegado a término.
El primer obstáculo que tuvieron que salvar los padres de Andrés fue someterse a la aprobación de su caso, que debía autorizar la comisión nacional de reproducción asistida. Poco podía imaginar entonces el equipo médico que se encargó del caso que ese primer intento iba a dar los frutos que ha dado: Javier ha nacido con 3,4 kilos, completamente sano, y Andrés tiene ahora entre un 70 y un 90 por ciento de posibilidades de crecer sin la enfermedad que arrastra desde que llegó a este mundo.
La sangre del cordón umbilical de Javier ha quedado almacenada en el Banco de Cordón Umbilical de Málaga. Allí permanecerá hasta que los médicos de Sevilla programen el trasplante de células madre de la sangre de cordón. A este respecto, el doctor Álvaro Urbano Ispizua, jefe del Servicio de Hematología del Virgen del Rocío, especificó que en el mundo existen once millones de personas dispuestas a donar su médula ósea aunque para que el trasplante que permita superar la beta-Talasemia sea posible, la compatibilidad debe ser del cien por cien, lo que significa que sin las técnicas que permiten un perfil de histocompatibilidad idéntico (HLA) sería «imposible».
16 embriones
El procedimiento del diagnóstico genético preimplantatorio (PGD) consiste en realizar un análisis genético a embriones, obtenidos por técnicas de fecundación in vitro con el fin de transferir al útero sólo los embriones que estén libres de la enfermedad genética que se esté estudiando. Según dijo ayer Antiñolo, para logar el éxito del caso de Sevilla, es decir, para que las células del cordón estén libres de la enfermedad y sean compatibles, han sido necesarios 16 embriones de los que el 3% han sido perfectamente compatibles. Hoy en día, esa técnica es una opción reproductiva para familias que tienen riesgo alto de transmitir enfermedades de base genética a sus hijos.
El diagnóstico genético de los embriones abre nuevas vías en la prevención de enfermedades genéticas que no tienen tratamiento y a la vez ofrece la posibilidad de seleccionar preembriones con el fin de que, en determinados casos y bajo el debido control y autorización, puedan servir para tratar la dolencia de un hermano enfermo. La Sanidad Pública Andaluza aplica el diagnóstico genético preimplantatorio a patologías como la atrofia muscular espinal, la distrofia muscular de Duchenne, enfermedad de Huntington, fibrosis quística, hemofilia A y B, síndrome de Alport ligado al cromosoma X y otras enfermedades hereditarias recesivas ligadas al cromosoma X.
Javier nació pasadas las once y media del domingo. Todos los indicios hacían presagiar que tenía muchas posibilidades de ayudar a crecer a su hermano Andrés. La confirmación llegó sobre las seis de la tarde cuando desde Málaga aseguraron los primeros indicios. Ahora hay que esperar unos dos meses para que Soledad, la madre, se recupere de la cesárea a la que ha sido sometida y se pueda ocupar durante unas semanas de Javier. Después volverá al hospital a luchar por Andrés.

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